'Papá Estado' otra vez al rescate

El Gobierno ha montado un revuelo enorme con una nueva normativa que acabará privatizando a todas cajas, después de que varias de ellas pasen previamente por la nacionalización. Es imprescindible (aseguran los defensores de este gran cambio) para que la imagen de España vuelva a ser la de antaño y se acaben definitivamente los rumores de que habrá que rescatarnos. Pero todo eso le queda muy lejano al ciudadano de a pie, por mucho que le influya.

Lo que el ahorrador quiere saber es qué va a pasar con su dinero, si sigue seguro en las cajas, aunque ahora se vayan a llamar bancos, y si dentro de nueve meses (cuando se supone que todo este lío se habrá acabado) va a conseguir que por fin le den crédito para comprarse una casa o para que su negocio salga definitivamente adelante.

El usuario no debería notar prácticamente ningún cambio en el trato con su entidad. Al fin y al cabo, los bancos y las cajas llevan haciendo el mismo negocio en los últimos años. Pero esta normativa debería servir, sobre todo, para que su dinero esté más seguro y para que su entidad sea más solvente y tenga así más capacidad para concederle crédito, aunque sea a un precio mayor.

Al fin y al cabo, lo que el Ejecutivo está diciendo a los clientes es que no se preocupen porque si su caja tiene tantos problemas que no puede solucionarlos por sí sola, ahí estará papá Estado de nuevo para resolvérselos. A cambio, si hay suerte, cuando salga del accionariado de las cajas a lo mejor consigue ganar dinero.