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Un paraíso para las aves y los traficantes de hachís

El delta del Ebro se confirma como la principal puerta de entrada de esta droga en Catalunya

JORDI SIRÉ

Los aficionados anglosajones están descubriendo el Delta del Ebro como el paraíso del bird-watching, turismo basado en la observación de pájaros al amparo del idílico marco de uno de los más bellos parques naturales catalanes. La Guardia Civil también tiene su mirada puesta en la desembocadura del Ebro, aunque las aves a contemplar son en este caso mucho más esquivas y no saben volar más que por encima del agua en lanchas capaces de alcanzar los 120 kilómetros por hora.

La misión de los agentes es impedir que el Delta se consolide como la puerta de entrada del hachís en Catalunya aprovechando que es una zona poco poblada, con algunos parajes sólo accesibles a las gentes de lugar y horizontes amplios que permiten alertar desde la costa por teléfono móvil de la presencia policial.

Una tercera parte del 'chocolate' decomisado en 2007 en esta comunidad (31.000 kilos de un total de 87.514) lo fue a través de uno de los parajes que ha sumado las mafias organizadas a la lista de sus amenazas, junto al cambio climático y al trasvase del Ebro. La del año pasado se ha convertido en el récord histórico de decomisos en términos absolutos en lo referente al Delta. Aun así, según fuentes policiales, no llega ni al 20% del hachís que finalmente acaba desembarcándose con éxito.

Éxito de Andalucía

El incremento respecto al 2006 (entonces la droga interceptada sobrepasó los 4.500 kilos) se explica en buena medida por la intensidad de las redes de vigilancia establecidas por el Gobierno en Andalucía. Bajo la denominación administrativa de Sistema Integral de Vigilancia Exterior, una intrincada mezcolanza de radares y visores de rayos infrarrojos han obligado a los narcotraficantes a cambiar sus hábitos y derivar las descargas hacia el Delta o las Baleares.

La manera de operar es similar en ambos casos. La ruta empieza en la plaza marroquí de Nador y se desplaza por el Mediterráneo a una velocidad punta de 60 nudos con planeadoras propias de una película de ciencia ficción. Equipadas con cinco motores de 200 caballos de potencia cada uno, estas zodiac de entre 12 y 16 metros de eslora, casco de plástico reforzado con fibra de vidrio y depósitos para 5.000 litros de gasolina aprovechan en ocasiones la salida de pateras para pasar desapercibidas ante los controles más sofisticados.

Si el viaje sale mal y la carga se tira por la borda a causa del patrullaje de la Guardia Civil, se conoce al cabo de pocos días, justo los que pasan hasta que algún pesquero con base en el sur de Catalunya captura fardos de hachís en sus redes o un paseante se topa con una embarcación abandonada precipitadamente por sus ocupantes en una playa tranquila.

En caso contrario, las bandas encargadas de recoger la mercancía en tierra no se entretienen. O bien embarcan de inmediato la droga recogida a pie de mar en furgonetas lanzadera destinadas a suministrar el mercado de Barcelona, Valencia o incluso Francia, o bien se aprovechan de los chalets alquilados en primera línea de mar (con puertos privados en ocasiones) para albergar lejos de miradas indiscretas la carga de las embarcaciones procedentes del norte de África.

Despliegue de los Mossos

El subdelegado del Gobierno en la provincia de Tarragona, Joan Maria Abelló, afirmaba esta misma semana que el peso de la lucha contra los narcotraficantes continuará siendo una de las prioridades de la Guardia Civil a pesar de que el despliegue completo de los Mossos d'Esquadra en la demarcación se completará el próximo 1 de noviembre y la plantilla de agentes de la Benemérita se reducirá de 1.200 a 600 agentes.

'Los datos de decomiso logrados en 2007, a los que cabe sumar los más de 9.000 kilos capturados en lo que llevamos de año, dan a entender la eficacia policial. Y la Guardia Civil continuará manteniendo plenamente operativos los servicios marítimos y la unidad fiscal en Tarragona' después de ser relevados en las competencias de seguridad ciudadana y orden público.

Pero dado que la legislación otorga a la Generalitat competencia en las denominadas aguas interiores (las primeras doce millas del litoral), la policia autonómica ha escogido precisamente el Delta para estrenar su primera unidad subacuática.

Entre los cometidos de los quince agentes que serán finalmente seleccionados -de un total de sesenta aspirantes sometidos a duras pruebas en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat- se encuentra el de apoyar la vigilancia de la entrada de drogas y el de buscar pruebas o rescatar cadávares bajo el agua tanto en la desembocadura como en el tramo navegable del río Ebro.

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