Este artículo se publicó hace 16 años.
El parricida de Maliaño había vuelto a convivir con su familia tras matar a su madre
El enfermo mental que el sábado asesinó a su padre en Maliaño había vuelto a convivir con su familia tras haber cumplido la condena de cinco años de cárcel que le impuso la Audiencia de Cantabria por haber matado a su madre, a pesar de que tenía una orden judicial que le prohibía acercarse a su progenitor.
José Alberto P.H., de 39 años, fue arrestado el sábado a medianoche tras haber asestado múltiples puñaladas a su padre, de 72 años, y haber intentado hacer lo mismo con su hermana, que escapó de él saltando por una ventana a la calle desde un primer piso.
Hoy se ha conocido que no era la primera vez que cometía unos hechos de esa gravedad, ya que 1997 apuñaló a su madre, una mujer que estaba en silla de ruedas, porque le había reprendido por haber puesto un anuncio para vender su teléfono móvil.
Cuando mató a su madre, hacía once días que había recibido el alta de su último ingreso hospitalario psiquiátrico y había dejado de tomar la medicación que le habían prescrito para controlar su agresividad y sus problemas mentales (José Alberto P.H. padece un trastorno psicótico agudo y trastorno mixto de la personalidad).
Por ese crimen cumplió cinco años de cárcel, después de haberse confesado autor de un delito de homicidio ante la Audiencia de Cantabria y haber aceptado la condena que reclamaba la Fiscalía.
Según se recoge en la sentencia de 1999 sobre aquellos hechos, a la que ha tenido acceso Efe, el Ministerio Público optó por esa opción en lugar de por la de recomendar su ingreso en un centro psiquiátrico especializado porque consideraba que el acusado estaba respondiendo bien al tratamiento que había recibido en prisión durante el tiempo que estuvo como preventivo.
La Audiencia de Cantabria respaldó ese criterio y no juzgó necesario imponer a José Alberto P.H. una medida de seguridad adicional a su condena, al estimar que sería "provechoso para él" continuar con el mismo tratamiento médico que ya recibía.
Tras cumplir su condena, José Alberto P.H. estuvo viviendo un tiempo en el domicilio familiar, pero separado de su padre, que se había mudado a Maliaño, con su hija. Además, se dictó una orden de protección que le prohibía acercarse a su padre a menos 500 metros.
Cuando el sábado apuñaló a su progenitor e hirió a su hermana, el detenido ya llevaba una temporada conviviendo en la misma casa con sus familiares, que se resistían a desentenderse de él, a pesar de la orden de alejamiento, han indicado a Efe fuentes judiciales.
El Juzgado de Instrucción número 2 de Santander ha ordenado hoy su ingreso en prisión preventiva como imputado en un delitos de homicidio, lesiones y quebrantamiento de orden judicial.
En un auto de prisión dictado hoy, la juez de guardia en Santander justifica su decisión en "la extrema gravedad de los hechos" y en el riesgo que aprecia de que José Alberto P.H. se fugue, aunque se haya reconocido autor de apuñalamiento.
Pero, sobre todo, basa su decisión en la necesidad de "asegurar la integridad e integridad de la lesionada, especialmente teniendo en cuenta la inefectidad de las medidas de alejamiento previamente adoptadas", conforme se explica en el auto de prisión.
En vista de que los médicos forenses han determinado que el detenido está en estos momentos "descompensado de su patología base", la magistrada ha ordenado que ingrese como preso preventivo en la unidad penitenciaria del Hospital Marqués de Valdecilla "para su tratamiento psiquiátrico y durante el tiempo que el tratamiento resulte preciso y falcultativamente prescrito".
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