Este artículo se publicó hace 15 años.
Los partidos alemanes se posicionan y formulan las opciones de gobierno
Las partidos alemanes entraron hoy en la recta final de la campaña para los comicios generales del próximo domingo con un claro posicionamiento por parte de cristianodemócratas y liberales a favor de una alianza de gobierno que las restantes formaciones dicen no creerse.
"Nosotros cumplimos después de las elecciones lo que prometemos antes de ellas", dijo hoy el presidente del Partido Liberal (FDP), Guido Westerwelle, actualmente la formación más cortejada por cristianodemócratas, socialdemócratas y hasta verdes.
Weserwelle aludía con ello a la incredulidad manifestada por socialdemócratas y verdes tras rechazar los liberales categóricamente una coalición tripartita con éstos.
"Con su encadenamiento a la Unión (CDU/CSU), el FDP espera sacar provecho, pero el final será distinto. Es muy probable que los liberales se estrellen por cuarta vez consecutiva contra la pared", auguró hoy el candidato socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier, quien ha optado por no creerse que los liberales prefieran la oposición al gobierno.
"Tiene que seguir existiendo un partido que pueda decir: ningún cargo ministerial es lo suficientemente bonito como para que merezca romper una palabra de honor", fue en cambio la respuesta inmediata de Westerwelle.
Westerwelle y Steinmeier aparecieron hoy ante la prensa como si la cita electoral ya hubiera pasado y los resultados estuvieran sobre la mesa; el primero risueño y pletórico de seguridad y el segundo adusto y con aspecto de perdedor.
El problema de Steinmeier es que el rechazo de Westerwelle ya sólo le deja abierta la opción de pujar por una reedición de la gran coalición con los cristianodemócratas, aunque sin la voluntad de éstos, al menos de puertas afuera, para renovar el matrimonio de conveniencia.
La canciller federal, Angela Merkel, quien hasta hace pocos días todavía parecía preferir secretamente la gran coalición, se ha declarado abiertamente a favor de una alianza de centro-derecha como la mejor opción para los próximos cuatro años.
Los liberales no son sólo el aliado natural de los cristianodemócratas, sino que, por ser un partido pequeño, una coalición con éstos concedería a la CDU y la CSU automáticamente más peso dentro de un gobierno, mayor número de ministros inclusive.
Westerwelle intentó hoy convencer de que su opción va en serio, y pese a la insistencia de los informadores que no querían creerse que el partido que hasta hace doce años durante más tiempo participó en el Gobierno de Alemania, opte por una cuarta legislatura en la oposición.
"¿Cómo quieren que funcione una alianza con dos partidos que nos ven como la encarnación del mal?", preguntó el líder liberal y virtual ministro de Exteriores en caso de que sus pronósticos se vean cumplidos.
A Steinmeier le quedó hoy únicamente el papel de insistir en la demonización de un gobierno formado por cristianodemócratas y liberales, que constituirá "un paso atrás hacia la política de los años noventa", el "regreso de la energía nuclear" y el "desmantelamiento de los derechos de los trabajadores".
Mientras el SPD lanzaba diatribas contra una potencial coalición de centro-derecha, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) aprobaba en un pequeño congreso un programa de gobierno en el que se sumaba a la reivindicación de los liberales de aprobar una fuerte descarga fiscal durante la próxima legislatura.
Con ello, la CSU se desmarca de la CDU de Merkel, que no ve margen para grandes alivios tributarios, pero se alinea con el FDP, formación con la que no comulga en otros muchos aspectos en materia social.
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