Este artículo se publicó hace 16 años.
La pasarela de Nueva York apuesta por una explosión de color contra la crisis
La Semana de la Moda de Nueva York echa el cierre hoy a una edición en que la gran mayoría de los diseñadores ha optado para la próxima primavera por una explosión de color en sus colecciones como fórmula para afrontar la crisis.
Muchos se preguntaban hace ocho días cuál sería el impacto de la crisis en la pasarela neoyorquina y, tras más de un centenar de desfiles, la conclusión más evidente es que los modistos, más allá de restar sofisticación a sus diseños, han optado por imprimirles colores vivos para levantar el ánimo de los consumidores.
"Para fomentar actitudes positivas, los diseñadores han presentado en Nueva York unas colecciones plagadas de colores vivos que, sin perder la sofisticación, tratan de ofrecer estabilidad en estos tiempos de incertidumbre económica", aseguró Leatrice Eiseman, directora del Pantone Color Institute, que cada temporada ofrece un estudio sobre los colores que están más de moda.
Según ese informe, las tonalidades que lideran las apuestas para la próxima primavera son el azul y el púrpura en tonos suaves y frescos, como el turquesa y el coral, así como una importante variedad de verdes, de anaranjados y amarillos, que se posicionan como una de las tendencias más fuertes en el mundo de la moda.
Desde Marc Jacobs a Carolina Herrera, pasando por incondicionales del color como Custo Barcelona, Betsey Johnson o Carlos Miele, la mayoría de modistos ha llenado de todo tipo de tonalidades vivas las pasarelas de una edición en la que el espíritu femenino ha vuelto a estar presente y donde también han destacado los diseños con siluetas rectas, cómodas y con volumen.
En ese sentido se debe destacar la nueva colección presentada por la firma Calvin Klein de la mano del modisto brasileño Francisco Costa, quien aseguró en una entrevista con Efe, que no tuvo presente la crisis económica a la hora de diseñar, "porque no se puede ser creativo pensando en ella".
Costa sorprendió al público de su desfile con unas apuestas con las que profundizó en su amor hacia las líneas geométricas y en las que destacaron los relieves de las prendas que componían la colección que marcaba el 40º aniversario de la conocida marca.
Esta colección "es una celebración de esas cuatro décadas, porque son diseños atemporales: podrían ser de los ochenta o los noventa, ya que he jugado con el volumen, la estructura y el brillo", dijo Costa, para quien sus prendas son "una mezcla de todo eso, pero muy actual".
El brasileño aseguró también que fue "muy divertido diseñar unas apuestas que juegan con la geometría y las figuras cuadradas, pero que intentan desmitificar las matemáticas con diseños de formas imperfectas e imprecisas".
Costa destacó, asimismo, la inspiración oriental de unas prendas que despertaron los aplausos de los asistentes al desfile y que recuerdan en ocasiones al "origami", el arte japonés de la papiflexia.
"Las piezas son muy fáciles de doblar, ya que, siguiendo las figuras geométricas, se doblan a la perfección en cuadrados, por ejemplo", explicó el modisto sobre unos diseños a los que se enfrentó como a "un desafío" y en los que, como siempre, destacaron las tonalidades blancas y crudas, aunque también sorprendió con un par de prendas en azul polar.
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