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Pascal Lamy dice que la Ronda de Doha no solucionará la crisis, pero fortalecerá la confianza

EFE

El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, aseguró que la conclusión de la Ronda de Doha no solucionará la crisis financiera internacional, pero permitirá fortalecer la confianza global, en una entrevista a un diario brasileño.

"Doha no tiene respuestas para la crisis financiera, pero sería un acto importante para fortalecer la confianza global en un momento de incertidumbre. La estabilidad de las relaciones comerciales siempre fue una de las principales contribuciones de la OMC a la economía mundial", afirmó Lamy en la entrevista publicada hoy por el diario económico Gazeta Mercantil.

Según Lamy, tras el fracaso de las negociaciones para concluir la Ronda de Doha en julio, la crisis financiera, que se agravó a partir de agosto, aumentó la importancia y la urgencia de un acuerdo en la OMC.

"Los líderes del G-20 (los países más ricos y los emergentes) quieren mantener los mercados abiertos y evitar nuevas barreras comerciales. Un acuerdo de Doha tiene el potencial de reducir el espacio para nuevas barreras y aclarar las reglas que los miembros de la OMC aplican entre sí", afirmó.

Según el director de la OMC, la posible firma de un acuerdo generará estabilidad, lo que es esencial para la decisión de inversiones en una economía global en momentos en que la crisis genera un fuerte impacto en el crédito para el comercio.

Lamy aspira a que los países miembros de la OMC tomen como base los borradores de acuerdo presentados la semana pasada por la Organización y flexibilicen sus posiciones para poder concluir la Ronda de Doha este mismo año.

Aseguró que la intención de concluir las negociaciones este año ya fue manifestada por los líderes del G-20 en la reunión que tuvieron el mes pasado en Washington y por los jefes de Estado del Foro de Cooperación Económica de Asia y del Pacífico (Apec) en la cita que tuvieron en noviembre en Lima.

"Esa voluntad política es una condición necesaria para llegar a un acuerdo. Y el resultado claro fue el aumento de la intensidad de las negociaciones en Ginebra", afirmó.

Agregó que desde julio, los dos lados (Estados Unidos e India) que divergieron en cuanto a las salvaguardas especiales, el asunto que llevó entonces al fracaso de las negociaciones, ya tuvieron varias conversaciones y hubo un avance técnico en Ginebra sobre el tema, "lo que contribuyó para encontrar una solución a esa crisis".

Lamy, sin embargo, aseguró que aún no sabe cuándo podrá citar a los ministros para una nueva reunión.

"Los líderes del G-20 instruyeron a sus ministros a concluir un acuerdo en diciembre. Esa instrucción tiene que traducirse en un movimiento en la mesa de negociaciones. En algún momento quedará claro si vale la pena reunir a los ministros para concluir los asuntos más difíciles", dijo.

"No trabajo con un plazo límite (para convocar a los ministros). Claramente el calendario es apretado. Es una decisión que tiene que ser tomada en conjunto con los ministros y ya", aseguró.

Para Lamy los países más perjudicados con un posible fracaso en las negociaciones serán los más pobres debido a que sus productos de exportación son los que más encuentran barreras elevadas en los mercados importantes.

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