Este artículo se publicó hace 15 años.
Un paso más hacia el supermaíz
Descubren la arquitectura genética que regula la floración del cereal
La comunidad científica acaba de dar un nuevo paso hacia la creación de un supermaíz. Durante decenios, los investigadores se han dado de bruces con la enrevesada trama genética del cereal, del que depende la alimentación de cientos de millones de personas.
"Si el genoma de una planta como Arabidopsis [el equivalente al ratón de laboratorio en versión vegetal] es una cocina bien amueblada, el genoma del maíz sería una cocina de estudiantes", explica Cinta Romay, de la Misión Biológica de Galicia (CSIC).
La científica es coautora de una investigación, dirigida por Edward Buckler, de la Universidad de Cornell (EEUU), que ha conseguido desvelar el proceso genético de la floración del maíz. El tiempo que permanecen abiertas las flores del cereal depende de muchos genes con efectos pequeños, unos 40, un mecanismo similar al que regula la altura humana.
Gracias a este avance, que se publica hoy en Science, será posible predecir la fecha de floración de la planta a partir de su material genético, lo que permitirá, junto a futuras investigaciones, "mejorar la seguridad alimentaria y hacer que la producción de maíz sea más ambientalmente sostenible", a juicio de Romay.
La importancia del estudio es mayor en el contexto del calentamiento global. Según un reciente estudio de la Universidad de Stanford, en seis países africanos Senegal, Chad, Mali, Burkina Faso, Níger y Sierra Leona el cambio climático podría hacer imposible el cultivo de maíz a partir de 2050
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