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Peligro de recalentamiento en otros sectores

Petróleo, oro, alimentos y vivienda

A.M. VÉLEZ / S. R. ARENES

Petróleo
Una amenaza para la recuperación mundial

El barril de crudo podría superar este año los 100 dólares, un nivel que no alcanza desde septiembre de 2008.

El petróleo ha empezado el año coqueteando con la barrera de los 100 dólares por barril, que no alcanza desde septiembre de 2008. Está entrando, en expresión de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en “zona de peligro”, porque un nivel de precios superior a esa cota puede poner en riesgo la débil recuperación mundial y, lo que es peor, precipitar la economía global a una nueva recesión.

La posibilidad de que el precio del crudo supere ese nivel a lo largo de este año es “real”, según Mariano Marzo, catedrático de Recursos Energéticos de la Universitat de Barcelona. Para España, enteramente dependiente del denominado oro negro, esa hipótesis sería nefasta, porque añadiría gasolina a la inflación, que ya ronda el 3% (en buena parte, por el encarecimiento de los carburantes), pese a que la economía está estancada. Y la depreciación de la cotización del euro frente al dólar (la moneda con la que se negocia el crudo) no ayuda, porque el coste efectivo del barril es aún mayor.

En un mercado volátil por definición, que muchas veces se guía más por expectativas que por los llamados fundamentales (oferta y demanda), la única razón objetiva para esa escalada, como casi todo últimamente, está en la demanda de los países emergentes y, en especial, de China. La pujanza asiática está compensando el retraimiento del consumo en los países industrializados y, según algunos analistas (como la consultora Wood Mackenzie), ya ha llevado el consumo a niveles previos a la crisis global que estalló en 2008.

La clave la tiene la Organización de Países Exportadores de Petróleo (el cártel que controla casi el 40% de la producción mundial), cuya oferta está prácticamente estancada; sin olvidar el papel de los grandes inversores especulativos (fondos de inversión y de alto riesgo), que fueron responsables en buena medida de la espectacular escalada de 2008, cuando el precio del crudo tocó su máximo histórico (casi 150 dólares por barril).

La diferencia respecto a entonces es la bajada de los costes de extracción del petróleo, que en 2008 se cuadruplicaron. Pero hay una incógnita: si la recuperación de las inversiones en 2010 (un año de éxitos exploratorios) servirá para compensar la paralización de proyectos que siguió al desplome de los precios de 2009.


Los fondos especuladores también inflan el precio de metales preciosos.

Cuando la bolsa va mal, los bonos rentan poco y hay mucha incertidumbre en las inversiones, el dinero vuelve los ojos al valor refugio por excelencia: el oro. Ese era el caldo de cultivo en los mercados el año pasado y por esta razón el metal amarillo ha protagonizado una fuerte escalada que le ha llevado a revalorizarse un 29% en 2010. Hace justo un mes, el 6 de diciembre, marcó el máximo histórico: 1.424 dólares la onza.

“Hay un componente especulativo innegable en la evolución del oro”, admite Francisco López Ollé, especialista en commodities de X-Trade Brokers. Aunque el perfil de fondos que especulan con el metal precioso no es el mismo que el que apuesta por encarecer la deuda de los países, como le ocurre a España, según otros analistas. La subida del oro es “el reflejo real de las dificultades que están experimentando las economías”. Sin embargo, ha estrenado 2011 cayendo un 3,2%. Si se despejan las dudas sobre la economía de EEUU y los ataques al euro, el oro pasará a segundo plano.


La principal explicación es la mayor demanda de los países emergentes.

Si el mercado de las materias primas agrícolas continúa disparado, como el año pasado, la población de muchos países de África y Asia que subsiste gracias a alimentos básicos lo pasará aún peor. Lo que dictan los inversores en el mercado de futuros de Chicago ha hecho que se encarezcan el trigo, el arroz, el algodón o el maíz que sirven de sustento en el mundo en vías de desarrollo. Materias primas como estas se han disparado más del 30%. El azúcar subió en 2010 un 53%, el maíz, un 37% y el algodón, un 85%.

La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) acaba de alertar de que los alimentos superan ya el récord de precios de 2008. Los analistas ven ya la burbuja. “Es más fácil decir que hay una burbuja en materias primas agrícolas que en metales preciosos. Por el aumento del consumo de países emergentes veremos precios más altos”, señala Ignacio Rodríguez, director de ventas de M & G Investments, quien también admite el papel de los fondos de inversión en el aumento de las cotizaciones.


La vivienda continuará bajando este año y los parqués siguen con dudas.

La burbuja que más daño ha hecho a la economía española, la inmobiliaria, no tiene visos de volver a aparecer, afortunadamente. Ningún experto ve posible ni deseable repetir escándalos como comenzar en un año más de 800.000 viviendas y vender más de 900.000, como ocurrió en 2006, un año antes de que pinchase el boom. Los precios de los pisos han caído entre un 15% y un 18%, sin tener en cuenta la inflación, desde 2007. Y seguirán bajando este año, sobre todo en el primer semestre, después del fin del gancho de la desgravación fiscal para rentas de más de 24.107 euros. La otra cara de la moneda, menos positiva, es que si baja el precio de la vivienda también se reduce la riqueza de las familias españolas.

Otro boom olvidado es el de la alegría bursátil. El Ibex 35 ha sido el peor parqué europeo en 2010, tras caer un 17%. Parte de la culpa la tienen los fondos especuladores que han apostado a la baja, sobre todo, en la banca española. De momento, 2011 no se presenta muy optimista.

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