Este artículo se publicó hace 16 años.
La periodista Caddy Adzuba dice que urge dar dimensión internacional a violaciones de congoleñas
La periodista congoleña Caddy Adzuba, especializada en temas sobre justicia de género, ha considerado "urgente" dar una dimensión internacional a las violaciones sistemáticas de mujeres en la República Democrática de Congo, agresiones que son utilizadas como "instrumentos de guerra".
Adzuba participa estos días en el proyecto "Un altavoz para el silencio", patrocinado por la Fundación Euroárabe de Altos Estudios de Granada, una iniciativa de justicia de género que reúne a doce mujeres de Oriente Medio, África y España por la que se constituirán en una red en Internet desde la que actuarán como portavoces de las injusticias hacia las mujeres en sus respectivos países.
Licenciada en Ciencias de la Información, trabaja en el departamento de comunicación de la ONG internacional "Search for Common Ground" (Búsqueda de un territorio común) en un programa sobre justicia de género destinado a sensibilizar a la comunidad internacional.
En una entrevista con EFE ha explicado que en la República Democrática de Congo hay un 52 por ciento de mujeres, de las que el 70 por ciento no han estudiado, una realidad fruto de una sociedad profundamente machista en la que la creencia de que la mujer existe sólo para tener hijos y proporcionar placer a su marido está muy implantada, lo que "ha convertido a la mujer en un ser ignorante".
Sin embargo, la precaria situación de la mujer en Congo se ha visto agravada desde el estallido de la guerra, en 1996, cuando comenzaron las violaciones sistemáticas de mujeres "como armas de guerra".
"A diferencia de otros países con conflictos bélicos, donde estas agresiones consisten en la penetración del hombre a la mujer, en Congo, las mujeres violadas lo fueron con instrumentos cortantes, trozos de vidrio, navajas, palos o piedras", ha relatado Adzuba.
El calvario de estas mujeres no acaba ahí, ya que la inmensa mayoría de ellas, después de ser violadas, son repudiadas por el resto de la sociedad congoleña, lo que acaba convirtiéndolas en personas marginales.
En total, se contabilizaron 65.000 violaciones de este tipo en Congo, si bien esta cifra corresponde a "casos que se han podido contar, pero sin embargo quedan muchas mujeres que siguen en pueblos y no se conocen sus casos".
Aunque la guerra ha finalizado, y actualmente el Congo ha pasado por un proceso electoral que le ha convertido en una república democrática, sigue habiendo focos de resistencia intermitentes, y las violaciones continúan produciéndose.
Según Adzuba, estas terribles violaciones fueron instauradas especialmente por "combatientes extranjeros, que llegaron a Congo o bien para conquistar nuestras tierras o bien para apoyar las guerrillas existentes en ellas".
Detrás de estas crueles violaciones se esconde, según la periodista congoleña, "otro sistema para combatir", ya que "están pensadas para debilitar al enemigo, porque si se viola a la mujer del enemigo, éste se va a sentir muy débil".
Esta sangrante realidad llevó al país a concienciarse de que "tenemos un problema muy serio con la mujer", que dio lugar a que las mujeres se unieran en asociaciones para defender sus derechos, ha relatado.
En la actualidad, "hemos logrado sensibilizar a la opinión pública a nivel nacional y ahora nos toca sensibilizar a la opinión internacional", ha señalado Adzuba.
En este sentido, ha considerado que "urge que la comunidad internacional se haga eco y tome conciencia de estas terribles violaciones", ya que "mi país depende mucho de ayudas internacionales" y las presiones del exterior pueden contribuir dar un giro a esta situación.
La periodista congoleña cree que trabajar en el proyecto "Un portavoz para el silencio" ha sido "muy importante para mi, para conocer otras formas de trabajar".
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