Este artículo se publicó hace 15 años.
Un pescador dice que el discurso de Obama no detendrá el crudo
Es una frase común en el sur de Luisiana desde que comenzó el derrame de petróleo y después del discurso del martes del presidente Barack Obama, se volvió a escuchar: Hay poco que él pueda hacer hasta que el crudo deje de fluir.
En el Bar y Parrillada Black Velvet en Buras, Luisiana, un sitio popular entre pescadores aficionados y comerciales, algunos clientes observaron atentamente el discurso televisado de Obama desde la Oficina Oval, otros no le prestaron interés.
La crisis ha golpeado a la industria de la comida marina de Luisiana, donde grandes áreas marítimas están cerradas a la pesca.
El pescador James Swain observó el importante discurso televisado en respuesta al derrame de petróleo de BP en el bar junto a su amigo Ray Cepriano mientras pedían cerveza y camarones.
"Estamos en aprietos aquí", dijo Swain. "Obama no puede detener el pozo, y eso es lo que tienen que hacer", agregó.
Obama adoptó una dura postura durante su discurso, diciendo que ordenará a BP que cree un fondo administrado de manera independiente para financiar las compensaciones para los trabajadores y empresas afectadas por el derrame, y para movilizar más equipamiento.
Sin embargo, Cepriano, un criador de ostras, pareció igual de frustrado que al comienzo una vez que finalizó el discurso.
Al igual que muchos en Luisiana, él depende de los cheques de la compañía petrolera y espera que se abran las aguas para pescar. Eso no compensa lo que se perfilaba como una temporada extraordinaria, algunos pescadores creían que sería la mejor desde el paso del Huracán Katrina en el 2005.
"Pasamos por Katrina. Está bien. Nosotros reconstruimos (...) Ahora esto, esto no es natural y fue provocado por BP", dijo Cepriano.
Agregó que está descontento con la respuesta del Gobierno, sin importar el tono duro del presidente.
"Nada está organizado. Nada en absoluto (...) ellos tienen esto realmente arruinado", afirmó.
Obama pronunció el discurso después de una visita a la costa del Golfo de México. Un sondeo de opinión de AP-GfK mostró que un 48 por ciento de los estadounidenses desaprueban su gestión de la crisis, un aumento de 15 puntos porcentuales respecto del mes anterior. El derrame lleva ya ocho semanas.
En la Marina de Joshua, por la Carretera 23 de Luisiana desde Buras, Brent Trauth, un guía pesquero y vendedor de equipamiento para campos petroleros, dijo que cree que el presidente está haciendo un trabajo "decente", pero que no puede darle una buena calificación.
Está decepcionado porque Obama no levantó una prohibición de seis meses a la perforación petrolera en aguas profundas, una medidas que muchos han criticado en Luisiana por su impacto en la economía.
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