El nadador estadounidense Michael Phelps afirmó hoy sentirse "feliz" por haber logrado batir su récord del mundo en 200 metros mariposa en la final del Mundial de Natación de Roma 2009, cita a la que ha acudido, sobre todo, para que su madre pudiera conocer la capital italiana.

"Estoy feliz. (Lo de batir el récord de mariposa) es algo que siempre quería hacer desde el año pasado", comentó el nadador, ocho veces campeón olímpico en Pekín 2008 y seis en Atenas 2004 y quien este miércoles comentó que la mayor motivación que le ha llevado a competir en Roma después de un año complicado es su madre.

"Lo hice por mi madre, que quería venir a Roma (...) Yo le dije: vale, te mando allí y tienes unas buenas vacaciones mientras yo nado", explicó.

El de Baltimore volvió hoy a la primera línea de fuego de la competición en Roma, después de quedar ayer segundo en los 200 metros libre, plata, por detrás del alemán Paul Biedermann.

Y lo hizo por la puerta grande, batiendo la plusmarca mundial que logró en los 200 metros mariposa en los Juegos Olímpicos de Pekín (1 minuto 52 segundos y 3 centésimas), que hoy quedó establecida en 1 minuto 51 segundos y 51 centésimas, lo que supone además el segundo oro en Roma del estadounidense.

Lo de ayer "fue algo decepcionante", dijo Phelps, quien apuntó que enseguida supo este martes que tenía que dejar atrás la final de los 200 metros libre y la derrota ante Biedermann para prepararse para la final de hoy.

Sobre el hecho de que ya algunas voces hayan afirmado en los primeros días de la competición en Roma que el nadador que ha venido a la capital italiana no es el mismo que asombró al mundo en los pasados Juegos Olímpicos, Phelps contesta de forma rotunda.

"La única cosa que puedo decir es que la gente en 2004 me decía que era un fracaso, pero no lo era. Lo único que importa es que estoy satisfecho", incidió.

El nadador estadounidense piensa ahora en afrontar algunas pequeñas competiciones en piscina corta.