Este artículo se publicó hace 15 años.
Los piratas devuelven el tesoro: Carmen Murias, Reina del Carnaval Las Palmas
Cuatro siglos después de sus más famosas fechorías por Canarias, los piratas volvieron esta noche a Las Palmas de Gran Canaria, pero no para saquear, incendiar o arrasar la ciudad, sino para devolver un tesoro con nombre de mujer: Carmen Murias, elegida Reina del Carnaval 2009.
Puede que por méritos de la belleza canariona y atlántica de Carmen, de 24 años, o por la maestría del diseño que lució, del consagrado Fernando Méndez, o por la conjunción de ambas, pero lo cierto es que esta noche las espadas corsarias se ablandaron, los trabucos se acallaron y los piratas se volvieron buena gente y demostraron tener muchas ganas de disfrutar de uno de los carnavales más vistosos del mundo.
La nueva Reina del Carnaval de Las Palmas, que horas antes de la gala hizo su último examen de la carrera de Medicina, vistió la fantasía "I love you baby!", de colores plateados y muchas plumas, que se ha convertido en el noveno diseño de Méndez ganador del concurso desde 1987; y por segundo año consecutivo.
Como primera dama fue elegida Elisenda Monzón, con la fantasía "Bajo el sol de Gizeh", de Santi Castro, y la segunda dama fue Noemí Santana, con "Golden Godes", de Juan Carlos Armas.
Por increíble que parezca, y en contra de su milenaria tradición sanguinaria por los mares y confines de la tierra, los piratas, corsarios y bucaneros, amén de sus loros, patas de palo y parches en los ojos, desembarcaron esta noche en la capital grancanaria en son de paz, con ganas de fiesta y diversión, no de guerra ni latrocinios, y para ello, pensaron, nada mejor que Gran Canaria, su nueva isla del tesoro.
La Gala de la Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, dedicada este año a los piratas, esos malvados que siglos atrás codiciaron la Islas Canarias por su situación estratégica entre tres continentes, volvió a ser una concurrida celebración que siguieron varios miles de personas desde el puerto de La Española para este galeón pirata y carnavalesco: el Parque de Santa Catalina.
Con el recuerdo inolvidable de las incursiones del inglés Francis Drake, un mísero pirata para España y, en cambio, héroe aclamado para Inglaterra y vicealmirante de su Royal Navy, o del holandés Pieter van der Does, que saqueó e incendió la ciudad en 1599, los carnavales de este año no temen más peligros acechando su costas, sino que ofrecen sus playas para el descanso, incluso, del buen pirata.
La gala, que fue retransmitida para toda España por La 1 de TVE, fue trenzada en el escenario con una historia de aventuras diseñada por su director artístico, Israel Reyes, con la actuación de varios cantantes y actores y figurantes, varios cientos en total, apoyados en las coreografías de Marietta Calderón y Montse Colomé, y el trabajo del diseñador Unai Tellería.
Bajo el torreón del Castillo de la Luz y la popa de un galeón, norte y sur del escenario pirata, surcaron la noche isleña las voces de Ramón del Castillo y Sonia del Rosario, Rosa Díez, Mingo Ruano, Nacho Rivas y los líricos Isabel Álvarez y José Antonio Betancort.
Este collar de perlas vocalistas lo engarzaron las voces de Pitingo, con su fusión flamenco soul, y Saray.
Además de un tesoro físico y simbólico, la joven Carmen Murias se ha convertido este año en la Reina más democrática del Carnaval de Las Palmas, ya que por primera vez la elección se basó en la decisión de tres jurados y del público que pudo votar desde el móvil.
Con comparsas en lugar de corsarios, batucadas por cañones, y murgas mejor que filibusteros, a la capital de Gran Canaria no le importó esta noche convertirse de nuevo en objetivo de los piratas, pero esta vez sólo hasta el 28 de febrero, cuando en la playa de Las Canteras se entierre a la sardina.
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