Este artículo se publicó hace 16 años.
La Policía recupera más de 700 piezas precolombinas expoliadas en Sudamérica
La Policía Nacional ha recuperado más de 700 piezas arqueológicas precolombinas y ha detenido a un matrimonio en La Rioja que adquiría estos bienes expoliados de yacimientos de Perú, Ecuador y Colombia y que luego vendía en países europeos, principalmente en salas de subastas francesas.
La Dirección General de la Policía y la Guardia Civil ha informado hoy de que la pareja llevaba años dedicada al contrabando internacional de bienes culturales y este mismo mes tenía prevista una exposición en Francia de objetos procedentes de expolios.
El hombre, de nacionalidad española, y la mujer, colombiana, se desplazaban a Ecuador, Perú y Colombia, donde adquirían todo tipo de objetos de gran valor arqueológico que posteriormente vendían en diversos países europeos.
Los investigadores han intervenido decenas de máscaras, pendientes, colgantes y figuras de oro; más de 30 telas precolombinas y restos de cerámica y piedra con diferentes representaciones antropomorfas, de animales, eróticas o de rituales, así como mazas de guerra, arcos y otros utensilios.
Las investigaciones de la Brigada de Patrimonio Histórico revelaron que Luis Ángel M. S. y su mujer, Albenis O.A., llevaban años dedicados al comercio ilícito de objetos procedentes del saqueo de yacimientos.
La Policía averiguó que el matrimonio había viajado a Bogotá con la intención de obtener piezas precolombinas recientemente expoliadas en yacimientos de Perú y Ecuador y que tenía previsto regresar a España el 30 de abril con la mercancía.
La Audiencia Nacional autorizó la entrada controlada de la pareja en territorio español para que la Policía pudiera vigilarla y confirmar el lugar donde almacenaba los bienes expoliados.
El matrimonio llegó al aeropuerto de Madrid-Barajas el pasado día 30 con cuatro maletas, facturadas en Bogotá, y cuyo peso superaba los 65 kilogramos.
Desde allí, la pareja se dirigió a Logroño, dejó el equipaje en el garaje del domicilio familiar y se trasladó a otra vivienda ubicada en la localidad riojana de Jubera, donde fue identificada y detenida.
En los registros, además de las piezas arqueológicas, se intervino abundante documentación que demuestra los traslados de los detenidos por diferentes países sudamericanos y la venta de los objetos.
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