Este artículo se publicó hace 15 años.
Pons regresa con "A la deriva", protagonizada por una mujer que toca fondo
Anna, una mujer que ha tocado fondo después de trabajar durante tres años para una ONG en África, es la protagonista de la nueva película de Ventura Pons, "A la deriva", que se estrena en toda España el próximo día 6 de noviembre, basada en la novela "Área de servicio" de Lluís-Anton Baulenas.
La joven actriz catalana Maria Molins lleva el peso de una cinta en la que, una vez más, Pons aborda algunos de sus temas predilectos como el desarraigo, la necesidad del otro, el desasosiego o la amistad, aunque en esta ocasión haya un trasfondo africano al centrarse en un personaje que pasa allí un período de su vida, quedando marcado para siempre por esa experiencia.
El cineasta, acompañado por Molins, Roger Coma, Fernando Guillén, Anna Azcona y el escritor Lluís-Anton Baulenas, ha presentado hoy este proyecto que nació después de que se lo propusiera el propio Baulenas, de quien ya adaptó anteriormente "Amor idiota" y el relato "Buenas obras", del que surgió "Anita no pierde el tren".
En un primer momento, según ha reconocido Pons en rueda de prensa, no vio claro trasladar a la gran pantalla la novela, pero empezó a darle vueltas a la historia y a tirar del hilo africano y de lo que supone para un occidental estar en el continente negro durante unos años viviendo inmerso en sus problemáticas, y acabó construyendo esta historia.
Alrededor de Anna, una treintañera que al regresar a Barcelona rompe con su novio, empieza a trabajar como guardia jurado en un exclusivo centro de salud y se instala en una autocaravana, primero en un cámping y luego en una área de servicio, se mueven un fisioterapeuta homosexual, un joven paralítico que se niega a revelar su identidad, un viejo catatónico o una pareja que regenta un peculiar restaurante de carretera.
Pons sostiene que se trata de su película "menos hablada" y "la más diferente" de las que ha realizado, especialmente, por el trasfondo africano.
En este sentido, ha indicado que tras hablar con personas relacionadas con ONG y con las problemáticas del vecino continente, "me han dicho que hemos puesto el dedo en la llaga y que reflejamos algo que ellos denominan la 'enfermedad africana', de gente que queda muy tocada, transtornada y condicionada por todo lo que allí viven".
Preguntado sobre la elección de Maria Molins como protagonista de su vigésimo primera película, ha respondido que quedó "colgado" por ella cuando la vio en el Teatre Nacional de Catalunya y ya pensó que sería la persona que mejor funcionaría como Anna.
Molins, que se ha mostrado muy agradecida por la confianza que le depositó Pons desde el primer momento, ha explicado que nunca ha tenido relación con ONG, aunque se documentó y habló con personas que sí la han tenido y empezó a trabajar su personaje partiendo de la premisa de que "cuando regresas de África ya nunca vuelves a ser la misma persona".
Por su parte, Roger Coma, que en el filme es un paralítico sin identidad que mantiene, sin embargo, una tórrida relación sexual con Anna, ha señalado que el mayor atractivo de su papel es "todo lo que no se explica de ese hombre".
También ha intervenido en la comparecencia el veterano Fernando Guillén, amigo de Pons desde hace muchos años, y que en "A la deriva" es un viejo que no pronuncia palabra, observando desde su cama la relación que inician Anna y el personaje de Coma.
Guillén cree que la gracia de la película es que "no sabemos ni de dónde vienen ni a dónde van los personajes", y sobre el suyo ha indicado que "no importa nada que no hable, porque lo importante es su mirada de estupor, inocencia e incluso miedo por las cosas que ve".
Una de las curiosidades del filme es el "simpático cameo" del mediático Boris Izaguirre, aquí como escritor famoso que ofrece un trabajo de secretaria a Anna.
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