Este artículo se publicó hace 16 años.
Un potaje de famosos y curiosos
El calor fue el protagonista de la boda en Toledo de Amelia Bono y Manuel Martos, que juntó a artistas, políticos y turistas
El recién estrenado calor de junio no impidió que hasta 500 personas se mantuvieran ayer impasibles bajo el ataque del verano, armadas únicamente con abanicos y paraguas. Es lo que tienen las bodas: hasta los más guapos sufren un poquito, así que no digamos los curiosos. Ayer se preveía mucho movimiento de invitados (guapos y también menos guapos) en el enlace responsable de unir dos familias de lo más popular en nuestro país: la de AMELIA BONO, hija del presidente del Congreso de los diputados y ex ministro, JOSÉ BONO, con MANUEL MARTOS, hijo de RAPHAEL y NATALIA FIGUEROA. El lugar elegido para el enlace fue la iglesia del antiguo Hospital del cardenal Tavera de Toledo, por donde vimos incluso a uno de los reporteros de Caiga Quien Caiga buscando hacer de las suyas... Veremos que sacaron.
Una boda de estas características siempre da para hacer una tipología: la más “madrugadora” de los invitados fue la actriz LOLA HERRERA, que llegó montada en unas espectaculares plataformas color platino a juego con su pelo y una de las pocas que optó por la túnica como atuendo (las otras fueron LUCIA BOSÉ, de azul, como los angelitos de su museo y ataviada de manera no muy conveniente con pamela; y la propia Natalia Figueroa, que eligió un Sybilla aguamarina y que llegó acompañando al novio). LUIS MARÍA ANSON y la ex ministra CARMEN CALVO fueron los más mediáticos (es decir: los que más tiempo dedicaron a los periodistas), mientras que ALBERTO RUIZ-GALLARDÓN y ALASKA y MARIO VAQUERIZO fueron los que más interés levantaron: ovacionados como estrellas, igual que LINA MORGAN. Otros se pasaron: Paloma San Basilio sorprendió con un traje galáctico y futurista (¿dónde pensó que era la boda?) y Pedro Ruiz con exceso de rayos UVA. La más elegante fue Ana Rodríguez, esposa de Bono, con una chaqueta y falda en azul petróleo que nadie consiguió igualar, diseño de Eduardo Ladrón de Guevara.
La novia llegó con cinco minutos de retraso y acompañada de su padre. Se pararon para dejarse fotografiar e hicieron la entrada caminando. Con un traje vaporoso con escote de barco firmado por Manuel Mota y un semirecogido con flor y velo atado atrás, Amelia lucía ante las cámaras y su padre, se emocionaba, claro. La familia también se dejó ver: Jacobo Martos, hermano del novio, junto a la actriz Toni Acosta, con la que tiene un hijo; Alejandra Martos, hermana, cuya hija fue la encargada de llevar las arras junto a Sofía, la hija de Bono, y los pequeños de algunos empresarios de la comunidad.
Entre los invitados hubo políticos (la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega; el ministro Alfredo pérez Rubalcaba; Carlos Iturgáiz y su esposa Lorena; José Maria Barreda, presidente de Castilla-La Mancha), cantantes (David Bisbal y Elena Tablada; Carlos Baute; y Miguel Ángel Muñoz) y miembros de la aristocracia (María Zurita; Javier Fitz-James Stuart, acompañado de María Chávarri; y Genoveva Casanova).
También hubo quien dio la nota: fue el caso de PEDRO J. RAMÍREZ y AGATA RUÍZ DE LA PRADA, que llegaron con ¡15 minutos de retraso! y encima se pararon para hacerse fotos. Ella parecía regalo de navidad, un envoltorio imposible. ¿O era un vestido? Recordó los peores momentos de Victoria Abril.
Los novios, ya marido y mujer, salieron bajo una lluvia de pétalos de rosas rojas. El banquete fue en el Cigarral del Ángel Custodio, decorado con columnas de flores verticales y luces azules.
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