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El PP jalea a los que abuchearon a Zapatero

Cree que el desfile era el lugar adecuado para mostrarle el «cabreo»

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Este 12 de octubre, durante el desfile militar, parte del público increpó con dureza al presidente del Gobierno. Le pitó, le abucheó. Y eso, para el PP, está muy bien que se haga, incluso en un acto institucional. José Luis Rodríguez Zapatero se lo merece, subrayó ayer el portavoz nacional del partido, Esteban González Pons, en una entrevista en Antena 3.

Los asistentes que bufaron contra el jefe del Ejecutivo, justificó, 'estaban en su derecho', pues la parada de la Fiesta Nacional 'era una oportunidad' para transmitirle 'el estado de cabreo de la nación española'.

Pons no secundó la nítida separación que, el mismo día del desfile, trazó el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón: 'Si fuese un acto de Gobierno, lo entendería. Entendería que la gente manifestara su protesta contra el Gobierno, pero si es un acto de Estado, no'.

El vicesecretario de Comunicación fue inquirido por esa distinción: 'En los actos de Estado, debería mantenerse el respeto, pero si el presidente no va nunca a la calle, no hay otro lugar donde poderle abuchear' y mostrarle 'su total desacuerdo' con la gestión de la crisis. Los que silbaron a Zapatero, abundó, no eran unos 'maleducados' que no supieran discernir entre un acto del Ejecutivo y uno de Estado.

A esta tesis también se abonó el secretario de Comunicación del PP madrileño. Según Juan José Güemes, no fueron 'extremistas' de derecha los que bramaron contra Zapatero, sino familias y 'gente normal', cansadas de la 'incompetencia y sectarismo' del presidente. Esa 'gente normal', agregó el también consejero de Sanidad, juzga que Zapatero es el 'responsable de una situación insostenible', en el plano económico y en el social.

El portavoz del PP madrileño desdeñó la defensa que hizo Gallardón de Zapatero. El alcalde, aclaró Güemes, intentó ser 'cortés y amable' cuando se hallaba en una 'conversación íntima' con el presidente. Lo cierto es que el regidor repitió sus argumentos con los periodistas, ya en la recepción en el Palacio Real. Y Zapatero no estaba delante de él.

Distinta partitura tocó el PP vasco. Su líder, Antonio Basagoiti, confesó que no le 'alegra' que se abucheara al presidente del Gobierno, un cargo que debe ser 'respetado'. El día anterior, la presidenta del Parlamento de Vitoria, Arantza Quiroga (PP), también había comentado que un desfile militar, con el rey delante, 'no es el momento más adecuado' para pitar al jefe del Ejecutivo.

En el PSOE y el Gobierno, apuntaron a la existencia de grupos organizados. La número tres de los socialistas, Leire Pajín, no cree que fueran silbidos 'espontáneos'. María Teresa Fernández de la Vega los atribuyó a la 'derecha más conservadora y más dura', que no tiene empacho en ensuciar 'una fiesta de todos'. 'No era el momento ni el lugar', remachó.

Más contundente fue Gaspar Llamazares. Los abucheos se explican porque 'hay medio millón de extremistas de derechas cabreados' en Madrid. Es una 'derecha maleducada', añadió el diputado de IU, que lo mismo le insulta a él en la calle como embarra la celebración de un acto de Estado.

 

 

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