Este artículo se publicó hace 16 años.
De prejubilados en apuros a camellos en Marruecos
La Guardia Civil detiene a un grupo de treintañeros que utilizaba a retirados como tapadera
Buscaban a jubilados. Les ofrecían un viaje a Marruecos con todos los gastos pagados. Y, una vez de vuelta a España, recompensaban a estos aventureros de la tercera edad con 3.000 euros. Altruismo digno de una ONG, aunque no tenía nada que ver. Así operaba la red de narcotraficantes desarticulada por la Guardia Civil en Madrid y Andalucía.
La especialidad de este grupo organizado era la introducción y distribución de hachís en la península. Qué mejor tapadera, pensaron sus cabecillas, que tirar de jubilados para que subieran la droga desde Marruecos. Seguro que así no despertarían sospechas en la frontera. Además, lo tenían todo pensado. Simulaban ser un grupo de turistas españoles en "viaje de placer" y, varios días después, volvían a España con la mercancía oculta en el doble fondo de auto-caravanas. Una tapadera perfecta, pero insuficiente.
El pasado mes de noviembre, la Guardia Civil detectó que el hachís corría más de lo habitual en El Escorial. Incautaron más droga de la común, y dieron la voz de alarma. Las investigaciones comenzaron a dar sus frutos al poco tiempo. Los agentes localizaron un vehículo utilizado en los trapicheos e identificaron a su conductor, un joven español de 30 años de edad.
Fue el principio del fin del grupo, afincado entre Madrid y Guadalajara y liderado por un hombre de 35 años. Sus lugartenientes eran dos hermanos marroquíes de 29 y 33 años. El primero se encargaba de contactar con distintas organizaciones ubicadas en Marruecos, que suministraban el hachís.
El resto de delincuentes distribuía la droga a sus clientes y cobraba la deuda del mercadeo. Otros dos jóvenes españoles de 27 y 30 años completaban la red criminal. Además de camellos a pequeña escala, estas dos personas eran los responsables de captar conductores, siempre españoles, para viajar a Marruecos y subir la mercancía.
Finalmente, los seguimientos de la Guardia Civil fructificaron. Los agentes lograron detectar uno de estos trayectos. Un ciudadano de 55 años iba al volante de la furgoneta, procedente de Tánger. Al inspeccionar el vehículo, consiguieron localizar un doble fondo minuciosamente elaborado. Era donde se escondían los 1.262 kilos de hachís.
Secreto de sumario
La operación culminó con la desarticulación de todo el entramado. Hasta el momento, hay seis personas detenidas, aunque no se descartan más arrestos, ya que el caso se encuentra bajo secreto de sumario. En los posteriores registros, la Guardia Civil incautó gran cantidad de teléfonos móviles, dos autocaravanas y 10.000 euros.
Fuentes próximas a la investigación señalaron que en las excursiones a Marruecos sólo participaban hombres, todo ellos prejubilados, aunque todavía se desconocen cuántos. También se está intentando averiguar la edad de estos individuos. Todos ellos tenían problemas económicos.
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