Este artículo se publicó hace 16 años.
El presunto autor del fraude en Société Générale compró activos por 50.000 millones de euros
El operador de mercados Jérôme Kerviel, presunto autor de un fraude al banco francés Société Générale, compró activos por valor de "unos 50.000 millones de euros" antes de que fuera vendidos de forma urgente, lo que provocó unas pérdidas de 4.900 millones a la entidad, informó hoy la empresa.
Kerviel, de 31 años, deberá permanecer 24 horas más en los locales de la policía financiera, que decidió prolongar su arresto, indicó el jefe de la sección financiera de la Fiscalía de París, Jean-Michel Aldebert, quien señaló que la investigación está siendo "extremadamente fructuosa".
Al término de ese segundo periodo de 24 horas de arresto, Kerviel puede ser liberado sin cargos o presentado ante un juez con vistas a su procesamiento, en cuyo caso se le pueden imponer medidas cautelares.
"Ha aceptado hablar sobre la denuncia impuesta contra él por Société Générale", aseguró el fiscal, quien señaló que el detenido se encuentra "psicológicamente bien" y que está cooperando con los investigadores.
En paralelo con la investigación judicial, Société Générale emitió hoy un comunicado en el que reveló algunos detalles del presunto fraude, con el objetivo de contrarrestar los rumores en su contra.
"La posición fraudulenta descubierta el domingo 20 de enero se elevaba a unos 50.000 millones de euros de nominal equivalente", señaló el banco.
Debido a los "riesgos ligados a su talla", la entidad consideró que era "imperativo" deshacerse de esos activos "de forma controlada" para respetar los límites marcados por los mercados.
La venta se hizo en tres días y sin superar el límite del 8 por ciento de volúmenes tratados en los índices de futuros concernidos, que eran el Eurostoxx, el Dax y el FTSE.
La operación de venta se cerró en la noche del pasado día 23, tras haber registrado las Bolsas fuertes pérdidas, lo que provocó el agujero de 4.900 millones.
El banco reiteró que Kerviel puenteó los sistemas de control mediante el registro de operaciones ficticias fraudulentas destinadas a compensar auténticas inversiones.
"El operador pudo así disimular una posición especulativa de gran amplitud sin ninguna medida ni relación con la actividad normal que tenía asignada en el seno del banco", señaló SG.
Indicó que Kerviel "conocía muy bien el conjunto de procesos de tratamiento y de control" del banco gracias a sus actividades anteriores en el mismo y que se sirvió de esa experiencia para "engañar sucesivamente todos los controles".
El banco señaló que el operador recurrió a prácticas tales como la usurpación de códigos de acceso informático de colegas o la falsificación de documentos.
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