Este artículo se publicó hace 16 años.
Prodi advierte del peligro de tensión entre la energía y los alimentos, en la apertura del Foro de la Energía
El primer ministro italiano en funciones, Romano Prodi, advirtió hoy del peligro que existe de generar una tensión entre los alimentos y la energía con motivo de los denominados biocarburantes, al inaugurar el XI Foro Internacional de la Energía (IEF, siglas en inglés).
"Se está delineando un conflicto entre alimentos y carburante con consecuencias sociales desastrosas y con fuertes dudas sobre sus beneficios ambientales", dijo Prodi, quien exigió una intervención coordinada de los gobiernos porque "no podemos permanecer mirando sin hacer nada".
El jefe de Gobierno saliente destacó que en general existe un riesgo de que la energía se convierta en una fuente de tensión futura e incluso de "enfrentamiento" entre las regiones, por lo que en varias ocasiones solicitó "conjurar" ese peligro.
Para ello, propuso un diálogo entre "países consumidores y países productores", entre naciones ricas y pobres sobre tres frentes: "el de la oferta, el de la gestión de la demanda y el de la transparencia".
Prodi recordó que la demanda mundial de energía crecerá un 50% en los próximos 25 años y ello a pesar de que 1.600 millones de personas no tienen acceso a la electricidad en el mundo en la actualidad.
La mayor parte de la energía que se necesite hasta el 2030, un 84 por ciento será satisfecha, según sus datos, con combustibles fósiles y, aunque destacó que las reservas de petróleo y gas son suficientes, subrayó la necesidad de su desarrollo.
"Sabemos que el petróleo permanecerá como el principal carburante fósil (un 32% en el 2030)", continuó el primer ministro italiano, aunque reconoció que las proyecciones a largo plazo "en este ámbito son difíciles".
Prodi estimó, por ello, comprensible que los países productores quieran tener "una certeza en la demanda", pero dijo que en todo caso en el 2030 "la demanda de petróleo será mayor en al menos un quinto de la actual", por lo que consideró que la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) deberá aumentar la demanda en un 30 por ciento.
"Es necesario que los precios petroleros sean relativamente estables a niveles aceptables tanto para consumidores como para productores", dijo.
Después se refirió al encarecimiento del crudo y resaltó que "los precios del petróleo demasiado altos pesan sobre la economía mundial, especialmente sobre los países pobres, con un costo, directo e indirecto, para la economía mundial de 500.000 millones de dólares cada 10 dólares de aumento del precio del barril".
Tras señalar las mismas consideraciones valen para el gas, explicó que debe investir en el desarrollo de los hidrocarburos y calculó que hasta el 2030 "los recursos necesarios son 5,3 billones de dólares para el petróleo y de 4,3 billones para el gas".
Prodi concluyó que para llevar a cabo esa inversión se necesita "crear un clima favorable" que pasa por la "seguridad de los derechos de propiedad" de los recursos.
De esa forma, Prodi inauguró el IEF, una reunión bienal concebida como "diálogo entre productores y consumidores" de hidrocarburos, que se ha convertido, según sus organizadores, en el mayor encuentro de ministros y dirigentes de consorcios del sector.
Organizado por Italia en cooperación con la India y México, el evento reunirá a "más de 500 delegados incluidos ministros, representantes de las instituciones internacionales y dirigentes de las mayores empresas del sector", según un comunicado del IEF.
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