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Propuestas inéditas de Jesús del Pozo para la mujer entre el pasado y el futuro

EFE

Jesús del Pozo apuesta para la próxima temporada otoño-invierno por propuestas inéditas para dar forma a la ropa, con una colección que proyecta un túnel del tiempo entre los valores del ideal femenino de la épica caballeresca y la mujer del futuro.

El diseñador madrileño, el segundo en presentar su nueva colección en el día de inicio de la Pasarela Cibeles, opta por vestidos muy elaborados, austeridad de estructuras en chaquetas y abrigos y capas amplias que cubren el cuerpo.

Inspirándose en la Edad Media, Del Pozo viste a las modelos con drapeados trabajados como coraza y ajustados al cuerpo, en el que se perciben claramente los pliegues al más puro estilo de las armaduras de la época, y da forma de huso a faldas y vestidos, lo que confiere a las prendas un aspecto ligero.

La rudeza del estilo al que se refiere no resta sin embargo un ápice de confortabilidad a los tejidos del diseñador, en los que priman las lanas, sedas, matelassé, gasas, el punto artesanal que recuerda la cota de malla y distintas pieles.

Austero en el uso del color se muestra Jesús del Pozo en esta nueva colección para los fríos meses del próximo otoño-invierno, en el que predominan los morados, azules, verdes, marrones, cobres y grises oscuros con tornasolados.

Con una impactante puesta en escena en la que el diseñador traslada a la época de los romances con el sonido del pisar de caballos sobre el pavimento, repique de campanas y el ulular del viento, Del Pozo se sirve de amplias capas y abrigos coordinados con grandes bolsos, guantes de gasa y atrevidos adornos para la cabeza con los que sólo queda al descubierto la cara.

John Kortajarena, el único modelo masculino del desfile, ataviado con una chaqueta blanca de sutiles brillos, dio una idea de la línea de fiesta del diseñador, al igual que su acompañante, con un vestido largo de noche con aplicaciones de pedrería y semitransparencias.

El cierre del desfile, muy aplaudido, lo protagonizaron una novia -la actriz Maite Nieto- con reminiscencias al pasado tanto en los volúmenes del vestido como en el casquete cilíndrico con que adornaba la cabeza, así como el bebé que portaba en los brazos, ataviado con un vestido de tul.

Al término del mismo, Jesús del Pozo justificó la presencia del bebé en la pasarela como "un guiño" a la maternidad y a la necesidad de abrir caminos que la faciliten, y destacó los brillos sutiles "sin estridencias" de su colección y los contrastes de tejidos rústicos, como la lana o el fieltro, con otros más futuristas.

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