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Prosiguen los combates en el oeste mientras los rebeldes avanzan hacia Sirte

EFE

Fuerzas rebeldes y milicias tribales aún leales al antiguo régimen combaten aún en la localidad occidental libia de Zawara, clave para el control del principal paso fronterizo con Túnez, aunque las autoridades aseguran que la carretera ya está limpia y es segura para el tránsito.

Sin embargo, vecinos de esta ciudad costera de raíces bereberes, afirmaban a primera hora de la mañana que ambos bandos luchaban a tiros en los alrededores de la carretera principal y los barrios aledaños del sur.

"Hoy, los disparos se han escuchado desde el amanecer en toda la zona sur. También se ha oído ruido de metralletas de calibre grande", explicó a Efe un empleado de banca de la ciudad.

Situada a escasos 65 kilómetros del paso fronterizo de Ras Jdir y a unos 120 kilómetros de Trípoli, el control de Zawara es fundamental para la llegada de suministros a la capital libia desde el vecino Túnez.

Igualmente para la explotación de la planta petroquímica de Bu Kammash, ubicada entre esta población de largas y blancas playas, antigua zona vacacional de la clase pudiente tripolitana, y la línea de demarcación fronteriza.

Pese a las informaciones de la población, el ministro rebelde de Interior, Ahmad Darrat, aseguró este martes en rueda de prensa que el paso de Ras Jdir está abierto y controlado, aunque no quiso comentar las noticias sobre los combates.

"La frontera está asegurada y abierta al tráfico", insistió a los periodistas en Trípoli.

Los combates en Zawara mantenían detenidos decenas de vehículos y camiones en la localidad tunecina de Ben Guerdan, a la espera de que la carretera fuera asegurada para llegar a una Trípoli donde poco a poco empiezan a entrar los suministros y la ayuda humanitaria.

Tras varios días de angustia a causa de la carencia de medicinas y otros recursos médicos, los principales hospitales de la ciudad han comenzado a funcionar con cierta normalidad.

Según fuentes del Comité de la Media Luna Roja en la capital, gran parte de la plantilla de médicos y enfermeros han regresado a sus puestos y reiniciado el tratamiento de enfermos graves y de heridos.

El Programa Mundial de Alimentos anunció que ha enviado desde Túnez de un caravana con ayuda humanitaria compuesta por 23 camiones cargados con comida, agua, material médico e incluso bolsas de sangre para operaciones y transfusiones.

Igualmente, la Organización Mundial de la Salud ha enviado otras 45 toneladas de ayuda humanitaria a la capital, pese a que los rebeldes han anunciado que han encontrado varios depósitos con grandes recursos que podrían contribuir a paliar las carestías de la ciudad.

De la misma manera, la vida cotidiana recupera su pulso en Trípoli, ante la llegada esta noche del fin del mes de ayuno sagrado o Ramadán.

Anoche, decenas de tiendas reabrían sus puertas en los alrededores de la afamada Plaza Verde, donde miles de personas se concentraron para comenzar a celebrar, fusil en ristre, lo que denominan 42 años de dictadura.

"He comenzado a recibir agua y otros productos empaquetados, por eso y porque ya todo está tranquilo he decidido hoy abrir", explica a Efe Hamad Said, dueño de un pequeño supermercado cercano a la céntrica calle Rashid.

Solo en las estaciones de servicio parece que la situación no ha mejorado, ya que en las pocas que se hallan abiertas aún se amontonan los conductores y los ciudadanos de a pie cargados de bidones para abastecerse de gasolina.

También la Policía ha regresado a las calles con impolutos trajes de color blanco para controlar el tráfico y ofrecer a los tripolitanos una mayor sensación de normalidad y seguridad.

"El llamamiento para el regreso de los agentes ha tenido una gran respuesta", afirmó Darrat, quien no obstante no se atrevió a precisar el número de agentes que han retomado su actividad.

"La entradas y salidas de la ciudad están aseguradas. Además, se ha montado una operación de seguridad en la ciudad, como podrán comprobar. No lo subestimen", afirmó.

Darrat indicó que igualmente se persigue a la quinta columna fiel a Gadafi, aunque en opinión de los rebeldes los gadafistas ya no se hallan en la ciudad.

Mientras Trípoli se prepara para el fin de Ramadán, que concluye hoy, las fuerzas rebeldes prosiguen su acantonamiento en los alrededores de la localidad de Sirte, en espera de un posible asalto final.

Según explicó a Efe un comandante militar, algunos pelotones han logrado avanzar cerca de treinta kilómetros, y colocar un nuevo puesto de control más al oeste de la localidad de Ben Jawad, que marca la posición más avanzada rebelde.

A partir de ese punto, la circulación de todo vehículo ha sido prohibida, explicaron a Efe los rebeldes.

El tráfico es, no obstante, fluido a lo largo de toda la carretera que parte desde Trípoli hacia el oeste, por la que transitan todoterrenos, camiones y otros vehículos cargados de tropas y pertrechos bélicos.

La calma en la zona es la nota común, solo rota por algunos disparos esporádicos.

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