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Las prótesis PIP, un calvario para las afectadas que reclaman justicia

EFE

Francia puso la voz de alarma sobre la posibilidad de que las prótesis mamarias PIP produjeran cáncer, una advertencia que traspasó fronteras y que ha provocado que en España las mujeres que llevan esos implantes, que tienen silicona adulterada, se están uniendo para que se depuren responsabilidades.

De momento se desconoce "a ciencia cierta" la cifra de mujeres en España portadoras de estos implantes, tal y como ha afirmado el secretario general de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), Gregorio Jesús Gómez.

"Decir diez mil, veinte mil o treinta mil es puramente especulativo y no es serio, no hay nadie en este país que tenga la cifra real porque el que la pudiera tener es el fabricante y está en busca y captura", ha aseverado Gómez.

En marzo de 2010 las autoridades francesas detectaron que las prótesis PIP estaban fabricadas con un gel de silicona diferente del declarado, que ponía en duda sus garantías, momento en el que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ordenó el cese de la colocación de esos implantes, en concreto el día 31.

A principios de ese mismo mes, el cirujano plástico español Jaume Serra ya advirtió, por carta certificada, al Ministerio de Sanidad acerca de la peligrosidad de las PIP por tener un alto riesgo de rotura, según ha asegurado, en declaraciones a Efe, aunque el entonces secretario general del departamento, José Martínez Olmos, "nunca respondió".

El cirujano ha asegurado que en la misiva pidió a Olmos que pusiera en marcha una reunión "de carácter urgente" para tratar la roturas de las prótesis, al tiempo que le instó a que avisara a sus homólogos europeos para que comenzaran a investigarse estos implantes.

"En Francia la alerta la dan el 29 de marzo de 2010 y los franceses no tenían ni idea de que España un mes antes sabía lo de las prótesis (...) se avisó una mes antes que a Francia y no hizo nada, eso es muy fuerte", ha lamentado Serra, quien dice "no tener ni idea" de por qué no le hicieron caso: "eso hay que preguntárselo a Olmos", ha agregado.

Serra trata de aportar su grano de arena a este problema y ya ha operado a muchas de las mujeres con estas prótesis de forma gratuita y, entre ellas, se encuentra Eva Jiménez, quien ha impulsado una asociación de afectadas con la intención de emprender acciones legales contra los "responsables" de los "calvarios" por los que están pasando.

Jiménez ha resumido, en declaraciones a Efe, su historia desde ese día: "un periplo de médicos y hospitales", ya que meses después de su operación las prótesis se rompieron.

"El contenido de las prótesis me habían quemado entera la musculatura y tenía restos de silicona por todo mi cuerpo", ha relatado la mujer, a quien no sólo le extrajeron las prótesis sino que Serra le tuvo que reconstruir el pecho.

"Me habían destrozado mi feminidad", ha subrayado Jiménez, que señala como culpables desde las personas "que han consentido que esa prótesis estuviera en España, como los fabricantes, tanto los cirujanos como los organismos públicos".

Otra afectada y vicepresidenta de la asociación, L.G.G., quien ha preferido mantener su nombre en el anonimato, ha destacado que cada día recibe aproximadamente doscientos correos de mujeres que también son portadoras de esas prótesis y quieren asociarse.

"Esas prótesis son veneno puro", ha afirmado L.G.G., quien acusa a los cirujanos de ver a estas mujeres "sólo como una tarjeta de crédito para lucrarse" y en este sentido, ha indicado que en la clínica en la que ella se operó le dijeron que si las prótesis se rompían no pasaba nada porque era agua con azúcar.

Hasta ahora el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha resaltado que "no hay ninguna evidencia que vincule las prótesis al desarrollo de tumores y no es necesaria su explantación salvo que exista rotura o síntomas que lo aconsejen".

No obstante, ha garantizado la asistencia a las mujeres que hayan sido implantadas con prótesis mamarias PIP en consultas privadas que han cerrado, que ya no existen o que fueron intervenidas fuera de España.

Por su parte, el secretario general de la SECPRE ha aconsejado que ante "la ausencia de evidencia y falta de certeza" las afectadas que a las que les genere algún problema de salud, como la ansiedad, aunque no haya síntomas de rotura, se las quiten.

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