Paz no es sólo el fin de la guerra. Es integrar a los inmigrantes, luchar contra la violencia de género, cooperar con el tercer mundo y recuperar la memoria histórica. Así lo reclama la ONG Movimiento por la Paz que conmemoró este domingo su cuarto de siglo de vida en el parque de El Retiro en Madrid con la publicación de un decálogo de políticas pacifistas.

La jornada festiva se vio ensombrecida por una lluvia intensa. Pero la climatología no impidió que salieran nuevos eslóganes desde la adversidad: 'Hay que mojarse por la paz'. Se empaparon representantes de la cultura y miembros de la ONG. El decálogo aborda la integración de inmigrantes a través del 'asesoramiento' de este colectivo para la 'tramitación de su normalización legal'. Este reclamo lo leyó George, un inmigrante camerunés cuya integración ha sido tal que ahora trabaja en las casa de acogida de la organización.

El poeta Marcos Ana

El broche lo puso el poeta Marcos Ana, represaliado del franquismo que permaneció 23 años en prisión. Recitó los versos de su poema Encarcelados para aportar su opinión al debate actual sobre la memoria histórica. 'Recuperar la memoria también es hacer paz. Cerrar de verdad las heridas y no en falso es el mejor legado que le podemos dejar a las nuevas generaciones', reflexionó.

Ana, a sus 90 años, quiso unirse al espíritu de la jornada para demostrar la falta de rencor en las demandas. 'Yo no pediría la misma pena que sufrí yo para los que me tuvieron 23 años en la cárcel, ya no se trata de eso, no hay venganza en la reclamación de la recuperación de la memoria histórica', señaló.

La presidenta de la ONG Francisca Sahuquillo reclamó el valor positivo de la lucha por la paz. En su opinión, desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, la palabra paz ha sido usada para capitalizar todas la medidas en la lucha contra el terrorismo. 'La paz positiva está basada en el bienestar de la persona como herramienta básica de construcción', señaló.