Este artículo se publicó hace 15 años.
Las protestas no llegana los oídos de los líderes
Más de un centenar de detenidos en las protestas desde el martes
Ni las reivindicaciones ni los gritos de protestas pudieron llegar hasta los oídos de los líderes del G-20, que sereunieron ayer en el centro de convenciones Excel, en Dock-lands, la zona portuaria de Londres.
El hermético control policial lo impidió. Scotland Yard mantuvo a los manifestantes a medio kilómetro de distancia de este recinto ferial, que está encajonado entre las vías del tren y el muelle Real Victoria. Desde primera hora de la mañana, las carreteras de acceso estaban cortadas y se revisaban los maleteros de todos los coches que se aproximaban a la frontera de la fortaleza erigida alrededor del escenario de la cumbre. La gente de a pie también tuvo que abrir mochilas y bolsas a impacientes agentes del orden.
La Policía cortó todos los accesos a la cumbre y revisó bolsos y mochilas
Pese al estricto control policial, hubo manifestaciones en Excel. Los medios británicos calcularon que unas 300 personas protestaron en el espacio reservado por las autoridades para este fin. Activistas de la coalición Parad la Guerra, miembros de la Iniciativa de Musulmanes Británicos y veteranos de la Campaña Antinuclear CND reclamaron "trabajo, no bombas".
Mientras tanto, en la City londinense, el ambiente seguía tenso. La noche anterior murió un manifestante, al parecer por fallo cardíaco, y un centenar de activistas se concentraron junto al Banco de Inglaterra en un improvisado acto en su memoria. Protestaron por "la enorme represión policial" del día anterior y exigieron una investigación independiente sobre las circunstancias de la muerte del manifestante, a quien la Policía identificó como Ian Tomlinson, un británico de 47 años. Scotland Yard ha puesto en marcha una revisión interna del trágico incidente, el más grave en tres jornadas de movilizaciones en torno al G-20.
Un centenar de detenidos
Las autoridades investigan la muerte de un manifestante
Esta semana, se han registrado 122 detenciones, la mayoría en conexión con el asalto al Royal Bank of Scotland, el pasado miércoles. Ayer, unas 50 personas volvieron al distrito financiero para jugar al monopoly en la apertura de la Bolsa de Londres. Los propios manifestantes reconocían que había más policías que jugadores.
Simon OBrien, el comandante de Scotland Yard encargado de la seguridad de la Cumbre del G-20, ha estimado el coste de la operación en unos 8,3 millones de euros.
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