Este artículo se publicó hace 15 años.
El PSC pierde apoyo pero resiste el avance de CiU
Catalunya sigue siendo el agujero negro del PP, donde queda a 18 puntos
Catalunya no sirvió esta vez para catapultar al PSOE hacia la victoria, pero no hay duda de que sin ella la ventaja del PP podría haber sido realmente sideral y Zapatero estaría hoy en una situación mucho más delicada. El PSC se arriesgó con una campaña de trazo grueso, con fotos de Berlusconi y Bush, y ante una CiU crecida que presentó las elecciones como unas primarias de las catalanas del año que viene, mantuvo cómodamente la primera posición con casi un 36% de los votos, siete puntos menos que en 2004. A 14 puntos quedó CiU, con un 22%, y a 18 el PP, que sólo aumentó en medio punto el porcentaje de hace cinco años. ERC e ICV-EUiA confirmaron su tendencia a la baja de las pasadas generales, sobre todo los independentistas, que perdieron tres puntos y bajaron del 12% al 9%.
Con estos resultados bajo el brazo, el president José Montilla compareció ante los medios en calidad de primer secretario del PSC para proclamar que "quien ha querido convertir estas elecciones en un preámbulo de las autonómicas ha fracasado en el intento. Catalunya continúa siendo de izquierdas y catalanista". En el PSC se daba por hecho que no se podían repetir los resultados de hace cinco años, cuando la debacle de CiU les llevó a sacarles 25 puntos. Pero para el PSC es un toque de atención a su gestión en el Govern.
La semilla del cambioEn CiU se esforzaron en transmitir una imagen de euforia a cuenta de los cinco puntos que subieron, que les permite recuperar la segunda posición y ganar en Girona y en Lleida. Su presidente, Artur Mas, no tuvo reparos en afirmar que el resultado representaba el inicio del cambio político en Catalunya y el principio del fin de la hegemonía de la izquierda.
Más que por la bajada de los socialistas, que era previsible, en CiU había satisfacción por las dificultades de ERC. Con todo, el acta de Junqueras no hace prever, al menos a corto plazo, ninguna revolución interna. Entre otras cosas porque el porcentaje de voto conseguido, el 9%, es superior en más de un punto al de las pasadas generales. Algo es algo para una ERC que no logra parar la continua sangría de votos, esta vez 70.000 menos.
Una de las incógnitas de la campaña era el efecto del retorno a Catalunya del popular Alejo Vidal-Quadras. A pesar de que en los mitines fueron muy jaleadas sus proclamas españolistas y derechistas, el PP sólo pudo avanzar medio punto porcentual y no logró ni siquiera igualar el número de votos de 2004.
Paréntesis Vidal-QuadrasAsí pues, todo indica que la campaña de Vidal-Quadras ha sido sólo un paréntesis en la línea moderada que intenta imprimir Alicia Sánchez Camacho.
En ICV-EUiA respiraron tranquilos cuando se confirmó el acta de Raül Romeva y que su retroceso de un punto, del 7% al 6%, no era la debacle que se podría esperar tras los escándalos que acompañan a Joan Saura al frente de los Mossos dEsquadra.
Como curiosidad cabe resaltar que en Catalunya la candidatura de Iniciativa Internacionalista superó en un millar de votos a UPyD. Eso sí, tal y como se esperaba, Ciudadanos se hundió con apenas 7.000 votos.
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