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El PSOE sólo movilizó a sus votantes fieles

El 71% de quienes apoyaron al PSOE lo hacen siempre, mientras que ese porcentaje baja al 54% en el caso del PP. El 19% de los abstencionistas afirma que habría votado a los conservadores y el 18%, a los socialistas

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El pasado 7 de junio, al PSOE sólo le acompañó a las urnas su guardia pretoriana, quienes llueva o nieva acuden a la cita con el sobre cerrado y el puño y la rosa en su interior. El resto, más del 40% de quienes les respaldaron en 2008, se quedó en casa u optó por el castigo. UPyD fue el partido que más erosionó a los socialistas, más incluso que al PP, al contrario de lo que se preveía. El candidato del PSOE tampoco arañó apoyos en otros sectores del electorado. Sólo el 4% de quienes confiaron en López Aguilar no repetía papeleta respecto a 2008.

Al contrario ocurrió con el PP. Los conservadores no sólo retuvieron un suelo electoral bastante mayor que el PSOE, el 65% de sus votantes en las generales, sino que además pescaron en el descontento de otros sectores. Casi uno de cada cinco de sus votantes en las europeas no les habían apoyado en 2008.

Es aún más destacable el comportamiento de los abtencionistas. A pesar de que la participación cayó más de 27 puntos respecto a las generales, un 10% de los votantes del PP confiesa no haber ido a las urnas en 2008.

Tampoco una mayor participación habría ayudado al PSOE. Una ligera mayoría de quienes se mantuvieron en la abstención habría optado por el PP, el 19%, frente al 18% que hubiera apoyado a López Aguilar.

La comparativa entre los dos grandes partidos muestra claramente la composición de ambos electorados. Mientras que el 71% de los que eligieron la papeleta del PSOE lo han hecho siempre, sólo el 54% de los votos del PP proviene de sus incondicionales.

Gran parte de la responsabilidad recae en el planteamiento con el que PP y PSOE afrontaron los comicios. Con la crisis atravesando sus momentos más crudos, una lectura nacional perjudicaba claramente al Gobierno. Zapatero afrontó los comicios de forma personalísima. El presidente ha sido la principal motivación de voto a uno y otro lado del espectro político. Evitar que ganase el PSOE fue el argumento principal de los votantes del PP mientras que expresar su apoyo a Zapatero fue la que más electores socialistas llevó a las urnas.

No funcionó sin embargo, la estrategia del miedo al regreso de la derecha desplegada por el PSOE durante la campaña. Menos de la mitad de los votantes socialistas admite que el llamamiento a evitar la victoria del PP influyó en su decisión.

Los argumentos de los últimos días pusieron su granito de arena en la victoria del PP. Doce de cada cien votantes conservadores tomaron su decisión durante la campaña y ocho de cada cien en sus últimos días. El PSOE presenta peores números. En los últimos quince días sólo convenció al 9% de sus votantes.

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