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El PSOE salva al Papa de la condena del Congreso

Los socialistas creen que no es competencia de la Cámara

LUIS CALVO

Las obligaciones diplomáticas españolas pesaron ayer más en la balanza socialista que sus propias convicciones. El portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, anunció que su grupo no apoyará una queja formal del Congreso contra el Papa Benedicto XVI, quien durante su última visita a África aseguró que el uso del preservativo sólo sirve para aumentar el impacto del sida.

Aunque no especificó si los 169 diputados socialistas se abstendrán o votarán en contra, Alonso dejó claro que en ningún caso su voto será positivo. Ante el rechazo expreso de los conservadores, la postura del PSOE deja sin ninguna posibilidad de prosperar la iniciativa de IU-ICV y sirve al Gobierno para evitar un nuevo encontronazo con la Conferencia Episcopal.

Pese a actuar como salvavidas de la Santa Sede, el portavoz socialista quiso vestir con críticas su respaldo. Expresó su "rechazo frontal" a las declaraciones del Papa y recalcó que el "preservativo es un método eficaz" en la lucha contra una enfermedad que azota "de forma singular al continente africano". "Con él, muchísimas personas no se hubieran infectado", subrayó.

Sin embargo, alegó, "la Cámara Baja está para dos cosas: para hacer leyes y para controlar la acción política del Gobierno". A juicio de Alonso, la reprobación de un jefe de estado extranjero excede dichas competencias. "En todo caso, la política exterior de España es competencia exclusiva del Gobierno", aclaró. Según Alonso, la postura del PSOE compatibilizará la crítica y el respeto a las competencias de cada institución del Estado.

Precisamente, la iniciativa de IU-ICV se basa en otra aprobada por una amplia mayoría en otro parlamento europeo, el belga, el pasado dos de abril. En ella, se pedía al Gobierno que, a través de su embajador, protestara de forma "oficial" por las palabras del pontífice.

Moción de censura

El portavoz del PSOE tuvo tiempo de abordar otros temas. Durante la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces, Alonso salió al paso de las declaraciones de dirigentes del PP que siguen amagando con la presentación de una moción de censura. "Si confían en sus posibilidades, que pongan la moción y la discutiríamos", retó a los conservadores. "No tienen fuerza política para quitar a Zapatero ni mucho menos para poner a Rajoy".

Minutos antes, la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, había evitado mencionar la moción de censura. A cambio, animó al Gobierno a someterse a una cuestión de confianza que calibre los apoyos con los que cuenta. En caso de no superarla debería convocar elecciones. Dicho mecanismo eximiría, además, al PP de presentar un candidato alternativo.

La portavoz también se escapó de fijar una posición clara respecto a la reforma laboral que propone la patronal. "Nuestra preocupación no está en el despido, sino en la creación de empleo", explico.

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