Los ponentes de uno de los talleres organizados ayer en Madrid por el Foro Social Mundial volvieron a insistir en la “necesaria unidad” de los grupos antifascistas y la importancia de la colaboración de los vecinos para atar corto a la ultraderecha en los barrios.

Alrededor de 30 personas, miembros y simpatizantes de los colectivos que luchan contra los neonazis escuchaban en un local social del centro de la ciudad las estrategias de combate contra los radicales de ultraderecha que presentaron distintos grupos.

Implicar a los vecinos

Héctor, del Colectivo 1984, que actúa en el noroeste de Madrid, aseguró que “la exclusión social y la precariedad que crea el capitalismo son el caldo de cultivo del fascismo”.

Su grupo sostiene que es decisivo conseguir implicar a los vecinos contra los neonazis “de modo que se cree una presión social que obligue a los políticos a actuar”. Esa pasividad “natural” de los políticos y la policía (“las fuerzas represoras”, según varios de los participantes en el taller) frente al fascismo fue una denuncia general.

En el colectivo de “contrainformación” Nodo 50 rechazan hablar de “escaladas de agresiones fascistas” o de “avance del fascismo” cuando ocurren ofensivas neonazis, “porque se da la impresión de que se trata de hechos coyunturales”, según afirmó Gustavo Roig, uno de sus miembros.

La ultraderecha del PP

El modelo fascista español es distinto del de otros países, señaló Roig: “A pesar de no existir un partido de ultraderecha como en Francia, el viraje ultracatólico y neoconservador del PP desde hace ocho años ha conseguido acoger a los que en otros lugares votarían a partidos ultras”.

Al margen han quedado las bandas neonazis, que no han aceptado “la integración en el PP”, aseguró Roig.