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Putin dice que ampliar la OTAN es construir "nuevos muros de Berlín"

EFE

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, afirma que la ampliación de la OTAN, a la que se opone, significa "erigir nuevas fronteras en Europa, nuevos muros de Berlín, invisibles esta vez pero no menos peligrosos".

"Nos oponemos a la ampliación de la OTAN en general", indica Putin en una entrevista que publica hoy el vespertino "Le Monde", con motivo de la visita que ha efectuado esta semana a Francia.

Se trata de su primer viaje importante al extranjero desde que asumió las riendas del Gobierno tras entregar la presidencia de Rusia a su delfín, Dmitri Medvedev, a comienzos de mes.

Al reafirmar la oposición de Moscú a la ampliación de la OTAN, Putin argumentó que las nuevas amenazas como la proliferación, el terrorismo, las epidemias, la criminalidad trasnacional o el tráfico de drogas no pueden resolverse "en el seno de un bloque militar-político cerrado".

Esos problemas deben solucionarse en base a "una amplia cooperación, un enfoque global, y no siguiendo la lógica de bloques", insistió.

Putin cuestionó las motivaciones reales de países occidentales, en primer lugar Estados Unidos, que promueven el ingreso de Ucrania y Georgia, antiguas repúblicas soviéticas, en la Alianza Atlántica.

"Sabemos muy bien dónde se toman las decisiones: en uno de los países líderes de ese bloque (...) Tememos que la adhesión de esos países se traduzca en la instalación, en sus territorios, de sistemas de misiles que nos amenazarán", afirmó, en referencia a Ucrania y Georgia.

Argumentó que los bloques político-militares "conducen a una limitación de la soberanía de todo país miembro imponiendo una disciplina interna, como en un cuartel".

El primer ministro observó que, a pesar de que casi el 80 por ciento de la población de Ucrania es hostil a su adhesión a la OTAN, se dice que ese país entrará igualmente en la Alianza, antes de preguntar: "¿es eso la democracia?".

Por otra parte, defendió su actuación, cuando era presidente, en la guerra de Chechenia o los asaltos de las fuerzas de seguridad ante tomas masivas de rehenes, como en Beslán.

"De haber intentado actuar de otro modo, todo eso habría seguido hasta hoy. Teníamos que oponernos a los intentos de desestabilización de Rusia", afirmó Putin, para quien hacer concesiones a terroristas se salda con pérdidas mayores.

Preguntado, a la luz de su cena en París con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, sobre quién dirige la política exterior de Rusia, Medvedev o él, Putin aseguró que "no hay ninguna ambigüedad".

"El humilde servidor que soy se ocupa ante todo de temas económicos y sociales", dijo, pero matizó que como miembro del Consejo de Seguridad ruso también le afectan "los otros temas" que abordó con Sarkozy, con el que hizo "amistad" cuando era presidente.

Si bien afirmó que Medvedev, en tanto que presidente, tiene "la última palabra", relativizó el reparto de poderes: "la forma en que se reparten los papeles y las ambiciones es secundaria".

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