La mezquita del poblado palestino de Yaba, al sur de Ramala, apareció esta madrugada incendiada y con pintadas ofensivas en hebreo, aparentemente en un nuevo caso de la política de acciones violentas de los colonos judíos más extremistas, conocida como "precio".

"La guerra ha comenzado", "Pagad el precio" o "La guerra de Ulpana" fueron algunos de los lemas pintados sobre la mezquita.

La última frase hace referencia a un cercano proto-asentamiento judío del que el Gobierno israelí tendrá que desmantelar cinco casas antes de que acabe el mes por orden del Supremo, al estar levantadas sobre tierras privadas palestinas.

"A la una de la madrugada oímos gritos de la gente del pueblo y nos dimos cuenta de que la mezquita estaba ardiendo. Más de 300 personas se despertaron y logramos apagarlo. Después vimos los escritos racistas", dijo a la agencia palestina "Maan" el alcalde, Abdul Karim Sharaf.

Unos tres metros de los muros interiores y la moqueta de la mezquita resultaron dañados.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, condenó el incidente, lo atribuyó a "intolerantes e irresponsables" y aseguró que se actuará "con rapidez" para encontrar y llevar ante la Justicia a los autores.

Por su parte, el titular de Defensa, Ehud Barak, habló de un "acto grave y criminal dirigido a destruir el tejido social de la región y a distraer al Ejército israelí de sus misiones, incluida la de proteger ciudadanos israelíes en la región".

"He dado instrucciones al Ejército israelí y a las fuerzas de seguridad de que actúen con todos los medios posibles a fin de capturar a los autores y llevarlos ante la Justicia", agregó.

También Dani Dayan, presidente del consejo que agrupa a los representantes locales de los asentamientos, condenó la acción.

Zakaria Alawni, miembro del consejo de la aldea, aseguró a Efe que las disculpas "no significan nada" porque tanto Dayán como el Ejecutivo israelí "son socios en estos ataques".