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Quintás prevé dos años de pérdidas bancarias

Dice a Zapatero que 'on amigos así, no necesitamos enemigos'

VIRGINIA ZAFRA

Hasta ahora, la patronal de cajas, la CECA, había pedido ayudas públicas para que las entidades financieras en problemas pudieran superar la crisis. Ayer, su presidente, Juan Ramón Quintás, casi las suplicó. Dijo que sin ellas, sin una política económica eficiente y sin una moderación de las exigencias de provisiones crediticias, los bancos y las cajas españoles tendrán pérdidas en 2010 y 2011. Y unas 20 entidades tendrán que ser intervenidas porque no podrán mantener los mínimos de solvencia. Por contra, si se cumplieran sus propuestas, la situación sería llevadera y ya serían apenas dos o tres las entidades que tendrían que ser rescatadas.

Mientras pintaba un panorama tan sombrío para intentar conseguir las ayudas (que serían incluso para pagar prejubilaciones), el presidente de la CECA intentó también defender la buena situación de las cajas. Aseguró que quienes les sitúan en peores condiciones que a los bancos sólo intentan desmoronar la imagen del sector. Entre ellos están el presidente y la vicepresidenta segunda del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y Elena Salgado, de quienes dijo que 'con amigos así, no necesitamos enemigos'.

Críticas a la AEB

También tuvo un mensaje para la patronal bancaria, que el lunes auguró que los bancos no entrarán en pérdidas y recordó que son los mismos que hace poco más de un año decían que no habría recesión. Curiosamente, minutos después, el director general de La Caixa, Juan María Nin, dio la razón a la AEB y contradijo a Quintás. A su juicio, el sector financiero en conjunto no entrará en pérdidas, sino sólo algunas entidades. Nin calculó que a las cajas les sobra entre el 20% y el 25% de su red, es decir, entre 6.000 y 7.500 millones de euros de costes anuales.

El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, pidió que las cuotas participativas de las cajas (similares a las acciones de los bancos) tengan siempre derechos políticos y no sólo cuando las compre el Estado, porque no se puede negar el voto a quien pone su dinero. De esa forma, se reduciría el poder político en las cajas y quizá Blesa conseguiría seguir en la presidencia. De momento, no piensa dimitir y no descarta repetir en el cargo.

Además, Caja Madrid está dispuesta a salvar de la crisis a otras cajas con problemas. Blesa se ofreció ayer a absorber a alguna que no pueda salir adelante por sí misma, incluso si la operación le obliga a solicitar ayudas públicas del fondo de rescate. También Bancaja, la tercera mayor caja española, se mostró en disposición de participar en fusiones. Su presidente, José Luis Olivas, dijo que ya han hecho simulaciones sin nombres y que, si sale una oportunidad, irán a por ella. Y mejor si es en otra región. La Caixa, sin embargo, se mostró reacia a una operación corporativa en España.

 

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