Quique Sánchez Flores, entrenador del Atlético de Madrid, se mostró contrariado por su expulsión y sobre todo por el arbitraje de Rafael Ramírez Domínguez, cuyas decisiones impidieron que su equipo lograse un mejor resultado ante el Villarreal.

"Éste ha sido un encuentro con muchos extras y todos ellos han condicionado siempre nuestras opciones en el encuentro", indicó el técnico madrileño que, no obstante, dijo no querer hablar del árbitro.

"El partido no tiene definición, ya que ha quedado marcado por cosas que todos habéis visto y que no necesitan comentario alguno", agregó.

Incluso aseguró que todavía no sabe por qué fue expulsado. "Sobre la expulsión, estoy esperando que el en el acta digan que ha sucedido, pero no sé por qué. Ha habido un incidente en el vestuario, pero yo me he dirigido al delegado y no al árbitro. No sé qué le he dicho al árbitro, pero lo que he dicho es a mis jugadores es que se tranquilizaran y se callaran".

"No quiero hablar, todo ha sido muy claro y muy evidente y no debo hablar. Se me hace muy difícil hablar y como entrenador se me hace difícil seguir tras cosas como éstas", prosiguió.

Quique siguió explicando: "Sé que la profesión de árbitro es difícil, pero hoy hemos jugado contra muchas cosas que lo hacen muy complicado. No quiero hablar de ellos, pero hoy es uno de esos días donde las cosas siempre han ido en nuestra contra desde el primer minuto".

Preguntado por si esas decisiones han sido claves y han condicionado este encuentro Quique fue claro. "La verdad es que las jugadas han condicionado, ya que hemos hecho una gran primera parte y hemos hecho muy bien las cosas. Pero esas decisiones merman y el equipo ha llegado muy tocado y fundido mentalmente con esas decisiones".

Llegó, incluso, a insinuar que ya son muchas decisiones en contra de su equipo, que están influyendo mucho en las últimas jornadas. "Estamos recibiendo muchas decisiones en contra, pero no voy a ser yo el que lo diga, aunque también nuestra gente sufre y necesita que se le defienda", agregó.