Este artículo se publicó hace 15 años.
Rajoy se apropia de una ley que sacó adelante Zapatero
Obvia en 'Tengo una pregunta' el boicot del PP a las células madre embrionarias
"En este momento en España se puede investigar con células madre embrionarias por una decisión que tomó el PP en su día", respondió Rajoy en Tengo una pregunta para usted a María Antonia Navarro, una jubilada de Zaragoza, que quería saber si el líder del PP aplicaría a su hijo un tratamiento con células madre para salvar su vida. Lo que olvidó aclarar Rajoy es que Andalucía recurrió en el Constitucional la ley que, en noviembre de 2003, aprobó el Gobierno de Aznar, con él como vicepresidente, porque limitaba la propia investigación.
Fue Zapatero como ahora ha hecho Obama en EEUU el que levantó las restricciones cuando llegó al Gobierno por lo que se retiró el recurso y el que amplió la investigación con células madre. Y también Rajoy se olvidó de decirle eso a María Antonia. Un detalle fundamental porque y sólo es un ejemplo sin esa norma aprobada por el Ejecutivo socialista, con el voto en contra del PP, ni Javier Mariscal habría nacido sano ni su hermano Andrés se habría curado de una enfermedad que le condenaba a morir con 30 años. La madre de los niños, Soledad Puertas, narraba a Público su desasosiego el día que vio por la tele cómo el PP "aprovechaba" la ausencia de diputados socialistas para vetar la ley en el Senado. El Congreso la aprobó después.
"La del PP era una ley trampa, limitaba los ovocitos que podían fecundarse en cada ciclo, lo que impedía la generación de más embriones sobrantes para investigar", explican fuentes de la Junta. Además, sólo autorizaba la investigación con los congelados antes de la entrada en vigor. "La ley de la que habló Rajoy, en la práctica, servía para poco", añaden las mismas fuentes.
Más olvidosPero hay más cosas que Rajoy se olvidó de explicar. En 2002, su partido rechazó una proposición de los socialistas para investigar con células madre embrionarias. "[La petición socialista podía dar lugar] a un indeseable comercio internacional de embriones", alertó entonces la hoy número tres del PP, Ana Mato. Muchos científicos se echaron las manos a la cabeza: "Prohibir esta investigación es dejar descolgados a los expertos españoles que trabajan en este terreno y les obligará a irse a investigar al extranjero", advirtió Emilio Muñoz, miembro del CSIC. El propio Bernat Soria, hoy ministro de Sanidad y entonces investigador en ese área, tuvo que irse a Singapur, de donde lo rescató Andalucía, la comunidad pionera en aprobar, un mes antes que Aznar, una ley que abrió la puerta a curar la hipotética enfermedad del hijo de Rajoy.
El líder del PP tampoco aclaró que su Gobierno recurrió esta norma andaluza. Zapatero retiró el recurso al llegar al Ejecutivo. "¿Pero usted lo haría?, insistió María Antonia. Y pese a todo, Rajoy zanjó: "Oiga, yo lo que quiero es que mi hijo se salve, hasta ahí podíamos llegar".
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.