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Rajoy da un portazo a la reforma constitucional que pide Sánchez

JUAN ANTONIO BLAY

Por si había alguna duda el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo ha dejado meridianamente claro este miércoles por la mañana en el Congreso de los Diputados durante la sesión de control: no tiene la más mínima intención de abrir el melón de la reforma constitucional. Esa fue la propuesta que, por enésima vez, le reiteró el líder de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, como vía de salida a la delicada situación que se vive con Catalunya.

Rajoy no fue elegante para zanjar el asunto. Es más, le dio todo un portazo en las narices a su interpelante. 'Ustedes, en lo único que se han puesto de acuerdo en su reunión de este fin de semana es en no decir nada. Vamos a ver si somos serios y nos dejamos de eslóganes', ha dicho Rajoy al concluir el cruce de argumentos con el líder socialista.

Previamente, en su primera respuesta a la pregunta de Sánchez en la que le pedía qué medidas pensaba adoptar ante el contencioso con Catalunya, el presidente ha sido muy frio y esquemático. Se ha limitado a realizar un ejercicio de cinismo basado 'en cinco líneas de actuación', como las ha definido: buscar la estabilidad institucional y económica para seguir en la línea de crecimiento; colaborar con Catalunya 'y las otras comunidades autónomas' en la senda que han marcado el Fondo de de Liquidez Autonómico (FLA) y los créditos para pagos a proveedores; la defensa de la soberanía nacional; seguir dialogando con Catalunya 'igual que con el resto de comunidades'; y en último lugar 'escuchar las propuestas que tengan que hacer los grupos de esta cámara, incluido el suyo, siempre y cuando no afecten a la autodeterminación ni cuestionen la soberanía nacional'.

Tras esa muestra de filosofía política, que supone una negativa rotunda a buscar vías de negociación con Catalunya y, mucho menos, abrir un proceso de reforma constitucional, el socialista Pedro Sánchez ha insistido en que 'es hora de la política y dejarse de los tribunales', en una crítica directa a las denuncias que se preparan en la Fiscalía General del Estado por los actos que culminaron en la consulta popular del pasado 9 de noviembre en Catalunya.

'Si no ofrece soluciones usted se convertirá en parte del problema', ha sentenciado Sánchez, que ha insistido en su propuesta de reforma constitucional. 'La reforma que le proponemos incluye una regeneración de la política, blindar los derechos sociales de la ciudadanía y para reconocer derechos que en 1978 no existían', ha dicho Pedro Sánchez. 'Eso supone pasar del Estado de las autonomías al Estado federal. Es hora de reformar, de recomponer los consensos perdidos. Le estamos esperando', ha sentenciado.

Rajoy le ha respondido con displicencia. 'Yo le acabo de hacer cinco propuestas y usted ha vuelto a presentar eslóganes. ¿Todas las comunidades tendrán las mismas competencias?, ¿contempla asimetrías?, ¿qué modelo de financiación propone más conciertos y privilegios de unos respecto a otros?', se ha preguntado de forma retórica. Acabada esa retahíla, ha vuelto a criticar que desde el partido socialista lo único que se oye son 'eslóganes'. Ese concepto era el golpe de efecto que traía preparado desde La Moncloa para el rifi-rafe con Sánchez.

Antes, a una pregunta bastante acertada de Joan Coscubiela sobre la pobreza que está calando en la sociedad y la exigencia de medidas para combatirla, el presidente del Gobierno se ha limitado a repetir - lo hace ya de forma cansina - que los objetivos de esta legislatura 'eran superar la crisis y crear empleo'. Y así, sucesivamente. En resumen, no ha dicho que piense adoptar medidas específicas; antes bien, seguir con más de lo mismo.

Los argumentos de Coscubiela, muy duros, no han hecho la más mínima mella en el presidente que, impasible, ha asistido a la pregunta que le hacían a su mano derecha, Soraya Sáenz de Santamaría, quien, por cierto, hoy ha estado mejor que su interpelante, el portavoz socialista Antonio Hernando. En los pasillos, el presidente del Gobierno, ante la presión de los periodistas, ha acabado deteniéndose para responder a una pregunta sobre las denuncias que prepara el Fiscal general del estado por el 9-N. 'Yo voy a respetar cualquier decisión que se tome desde la Fiscalía. Respeto su trabajo y su independencia de criterio', ha dicho.



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