El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró hoy al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que "mientras existan armas nucleares la Alianza Atlántica seguirá siendo una alianza nuclear".

De esta forma, el responsable de la OTAN se alineó con la postura francesa sobre el mantenimiento de la disuasión nuclear frente a algunos países, en particular Alemania, que apuestan por sustituirlo por un escudo antimisiles.

Rasmussen se reunió con el presidente francés en el palacio del Elíseo y ambos coincidieron en que el escudo, que puede ser adoptado en la cumbre de Lisboa del próximo 20 de noviembre, debe ser un complemento de la disuasión nuclear, pero no sustituirla.

"Una decisión puede ser adoptada en Lisboa sobre la base de un proyecto realista, adaptado a la evolución de la amenaza balística de parte de algunos programas en Oriente Medio y acompañado de un diálogo con Rusia en vista de una cooperación", indicó la Presidencia francesa.

Francia está dispuesta a participar en la construcción del escudo antimisiles, con una contribución financiera o a través de aporte tecnológico, pero en ningún caso a renunciar a su arsenal nuclear.

Frente a las posiciones que desde Alemania consideran que el escudo puede sustituir a la disuasión nuclear, París considera que el proyecto está todavía "en el terreno de lo virtual".

En la misma línea se expresó Rasmussen, que en un debate abierto apostó porque el escudo complete la disuasión nuclear y señaló que su coste financiero, evaluado en 200 millones de euros suplementarios en diez años y a repartir entre 28 países, es "soportable".

"Más de 30 países poseen o se esfuerzan por comprar misiles balísticos, no podemos ignorar este problema, debemos tener el medio de impedir un disparo de misiles sobre nuestras ciudades", aseguró el líder de la OTAN para justificar el escudo.

La cuestión del escudo estará en la agenda de la cumbre entre Francia, Alemania y Rusia que tendrá lugar el próximo martes en la localidad de Deauville.