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Rebeca Brooks: La ambición desmedida y la obsesión por las exclusivas

Sin ningún escrúpulo en sus métodos, fue escalando en la empresa de Murdoch.

Ó. ABOU-KASSEM

Para una periodista con los principios de Rebekah Brooks (Warrington, 1968), acabar teniendo un padrino como Rupert Murdoch es lo mejor que le puede pasar en la vida.

Tras empezar en 1989 atendiendo las llamadas en News of the World, Brooks fue acumulando diversos méritos para ir ascendiendo en el diario. Sus entonces compañeros afirman que primero se apuntó a un curso de equitación porque el director montaba a caballo. Cuando supo que el subdirector jugaba al golf empezó a dar clases con los palos. Después empezó a interesarse por la navegación. “¿Quién tiene barco?”, preguntó alguien en la redacción. “Los Murdoch”, le contestó un redactor.


Su exjefe Piers Morgan ha publicado en su libro The Insider algunas de sus hazañas, como llenar de micrófonos una habitación de hotel para intentar demostrar que James Hewitt era amante de Diana de Gales. Otra fue vestirse como una empleada de la limpieza de The Sunday Times y esperar hasta que la plantilla rival hubiera abandonado la redacción para robar una página con una exclusiva que ella también estaba intentando lograr para volver corriendo hasta su periódico y reproducir la historia literalmente.


Así hasta que acabó siendo nombrada directora de NOTW. Con 32 años era la mujer más joven en lograr el cargo en Reino Unido. Tras el asesinato de una niña de 8 años a manos de un pederasta, el tabloide comenzó una campaña para que los lectores identificaran a los pederastas que vivían en sus barrios. Un pediatra acabó agredido después de una confusión semántica por parte de unos lectores. Fue en esa época cuando NOTW empezó a usar los pinchazos telefónicos para lograr exclusivas.

Una de las virtudes de Brooks es que era capaz de que los afectados por revelar un dato de su vida privada acabaran satisfechos con el tratamiento que había dado de la historia. Aunque les estuviera arruinando su carrera.

Encantado con ella, Murdoch la nombró directora de The Sun en 2003. Como fundadora de la organización Mujeres en Periodismo, se esperaba que Brooks eliminara la infame página 3 del tabloide en la que siempre aparece una mujer semidesnuda. Todo lo contrario. En su primer día sacó a una chica llamada Rebekah.Los políticos la temían. Era ella la que cerraba las visitas de Murdoch a la casa de campo del primer ministro de turno. David Cameron y Brooks montaban juntos a caballo y sus familias cenaron las pasadas navidades en el 10 de Downing Street.

En 2005 fue Brooks la que aportó los titulares a los tabloides. Pasó una noche en el calabozo tras una trifulca con su entonces marido Ross Kemp. Antes de comparecer ante el juez, Murdoch le hizo llegar un vestido de diseño para que tuviera el mejor aspecto posible.

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