Este artículo se publicó hace 17 años.
Recelo entre los partidos por la división del Constitucional
Esquerra Republicana no concede legitimidad a García-Calvo para juzgar sobre el Estatut
"El cruce de recusaciones es un paso más de una dinámica muy peligrosa". Con esta frase resumió ayer Margarita Uría, portavoz de justicia del PNV, la preocupación que empieza a calar entre los grupos parlamentarios en torno a la división del Tribunal Constitucional (TC).
El enfrentamiento entre distintas sensibilidades, progresistas y conservadores, está minando la figura de la Justicia. Las abstenciones y recusaciones del TC llueven sobre mojado. Desde hace meses, el bloqueo del CGPJ refleja, según Uría, el intereses de los dos grandes partidos por desequilibrar la Justicia
a su favor.
No podemos considerar "tuyos o míos" a los jueces, continuó. Para la parlamentaria vasca la primera recusación, del PP, no debería haberse producido. Se perdió el equilibrio, pero la solución no es "que se vuelva a pedir otra recusación", sino acabar con esta práctica, "que se está convirtiendo en habitual".
Recuperar la unidad
Parecido planteamiento expuso Jordi Jané, portavoz de CiU en el Congreso, que considera la situación "lamentable" desde la primera recusación, la del magistrado Pérez Tremps. "No quiero, ni debemos, interferir en las decisiones del TC.
Todos los grupos demostrarían su responsabilidad con un acuerdo que devolviera la totalidad de miembros al órgano", propone. Según el catalán, la unidad de acción, sin partidismos, es importante para zanjar con una "disociación" que empieza a ser preocupante.
El pasado de García-Calvo
Por su parte, IU responsabilizó al Partido Popular de que el enfrentamiento político haya saltado a la Justicia. En referencia al pasado como gobernador civil franquista del juez García-Calvo, que el pasado Domingo reflejó Público, Gaspar Llamazares recordó que su grupo "es respetuoso con la biografía de los demás" y se mostró seguro de que hay filtros suficientes como para que en las votaciones no se cuelen los intereses particulares de ningún magistrado". En todo caso, el líder de IU recordó que corresponde a otras instancias decidir.
La crítica de Llamazares se amplió al CGPJ. Según él estas maniobras de bloqueo y desequilibrio responden a un mismo objetivo del PP: "Mantener, hasta después de las elecciones, una mayoría afín. Cuentan con renovar los órganos judiciales y el TC después de una hipotética victoria electoral".
Joán Tardá, portavoz de ERC, también cree que los últimos movimientos responden a una estrategia de la derecha. Según el republicano, en las próximas semanas se van a intentar tumbar todas las políticas progresistas del gobierno socialista desde fuera del ámbito político. "Se está tratando de armar al PP", advierte.
En todo caso, ERC niega la legitimidad del TC respecto al Estatuto de Cataluña. Para Tardá la voluntad de los catalanes plasmada en el referéndum inhabilita cualquier decisión contraria del TC. "Lo mejor es que se inhibiera", propuso.
Tardá también quiso opinar sobre el pasado del juez García-Calvo y explicó que fuera de España sería impensable que un colaborador del nazismo tuviese un cargo parecido. "Y cuando lo han tenido se les ha obligado a dimitir", añadió. España, en cambio, se ha convertido en el país de las "impunidades consolidadas" y la Justicia está llena de restos franquistas. "No digo de ideología conservadora, algo que respeto, sino de elementos con implicación directa en la represión", señaló.
Silencio en el PP y el PSOE
Ninguno de los dos grandes partidos nacionales quiso pronunciarse sobre la posible recusación de García Calvo y Rodríguez Zapata. Ambos alegaron que es al propio tribunal a quien compete tomar la decisión. Hay que recordar que ambos pactaron y votaron a los jueces que ahora están siendo recusados por uno u otra ensibilidad.
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