Este artículo se publicó hace 17 años.
Regale a su perro una noche en un hotel de lujo con balneario y tv de plasma
Como otros establecimientos de lujo, el hotel Wag dispone de balneario, masajistas y servicio de habitaciones 24 horas al día, pero sus clientes no dan propina a los empleados, sino que ladran y mueven la cola en señal de agradecimiento.
Wag Hotels es una cadena californiana de hoteles de lujo para perros y gatos que se está expandiendo con rapidez gracias al crecimiento del sector del cuidado de mascotas, un mercado que mueve unos 40.000 millones de dólares anuales en EEUU.
El hotel Wag dispone ya de dos establecimientos en Sacramento y San Francisco, proyecta la apertura de un tercero en Silicon Valley y tiene planes para expandirse en Oakland, Los Angeles e, incluso, fuera de EEUU.
Las instalaciones de Wag tienen poco que envidiar a las de muchos hoteles de cinco estrellas, con sofás de diseño, hilo musical y televisores de plasma donde el mejor amigo del hombre puede ver películas de dibujos animados.
Los clientes del Wag salen de paseo varias veces al día con cuidadores cualificados y pueden disfrutan de masajes de 20 minutos de duración en sus habitaciones, baños en la piscina o cambiar de "look" en la peluquería del hotel.
Una noche en el Wag cuesta unos 80 dólares, dependiendo de los servicios extra. Cada habitación tiene una cámara web para que el dueño siga en todo momento las actividades de su mascota y compruebe, por ejemplo, que el masajista llegó a la hora convenida.
Como recuerdo, el cliente satisfecho puede adquirir alguno de los artículos de lujo a la venta en la tienda en Internet de la cadena.
Un arnés con cristal de Swarovski cuesta, por ejemplo, 67 dólares, mientras que la gabardina reflectante se vende por 130 dólares y la cama para perros "Capri" se puede adquirir por 775 dólares.
Ritu Raj, presidente de la cadena Wag Hotels, dijo a Efe que la mayoría de los clientes se queda una media de cuatro noches y que más de la mitad de sus dos hoteles ya está reservado para el resto del año.
"Definitivamente, estamos en el lugar adecuado y en el momento adecuado", consideró Raj. "La gente está empezando a tratar a sus mascotas como a hijos".
La mayoría de los clientes de Wag Hotels pertenecen a la llamada generación del "baby-boom" estadounidense: personas de más de 60 años con un alto poder adquisitivo y con hijos ya emancipados.
Muchos de ellos compensan la falta de los hijos con mascotas, opinó Raj. "Tenemos un cliente en San Francisco que tiene ocho perros y dos gatos que llenan ese vacío", relató.
Algunos deciden, incluso, alquilar perros por horas, una opción que Flexpetz, una firma del sur de California, ofrece desde hace unos meses.
El servicio está pensado para aquellos que quieren disfrutar de una mascota pero que no tienen ni el tiempo ni el dinero para ocuparse de ella.
Por 120 dólares mensuales, incluido equipamiento y comida especial, los usuarios de Flexpetz pueden disfrutar de un perro perfectamente entrenado durante varias horas a la semana.
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