Público
Público

Regeneran con éxito las uretras de cinco niños en el laboratorio

Reuters

Por Julie Steenhuysen

Científicos estadounidenses usaron lascélulas de cinco niños para crear uretras en el laboratorio y lasutilizaron con éxito para reemplazar sus tejidos dañados,mostrando el potencial de las terapias celulares.

Las pruebas de flujo de orina y de diámetro del conducto hanmostrado que las uretras regeneradas siguen funcionando seis añosdespués, dijo el doctor Anthony Atala, director del Instituto deMedicina Regenerativa del Centro Médico Baptista de laUniversidad Wake Forest, en Carolina del Norte.

El estudio, publicado el lunes en la revista The Lancet, esel primero en el campo cada vez más amplio de la medicinaregenerativa, que los médicos esperan acabe llevando a modos decurar heridas y, eventualmente, a sustituir órganos completos.

"Creadas completamente en el laboratorio, estas uretras-tubos vivientes que llevan la orina desde la vejiga- ponen demanifiesto el poder de las terapias basadas en células", dijo enun comunicado por correo electrónico Chris Mason, experto enmedicina regenerativa de la University College London, que noparticipó en el estudio.

"Cuando un órgano o tejido resulta dañado o destruidotraumáticamente de forma irreparable, no hay ninguna medicina oaparato mecánico que devuelva al paciente a la normalidad", perolas terapias celulares ofrecen una cura potencial.

Las uretras defectuosas pueden ser consecuencia de unalesión, una enfermedad o un defecto congénito. Aunque losdefectos menores pueden solucionarse, los de mayor alcance sontratados con un injerto de tejido, tomado normalmente de la pielo de la mucosa oral.

Pero estos injertos fallan en la mitad de los casos, lo quesuele causar infecciones, dolor, sangrado y problemas al orinar.

DESAFIO TUBULAR

Hasta ahora, el equipo de Atala había sido el primero encrear órganos huecos para utilizarlos como vejigas de repuestoque implantaron en nueve niños en 1998. Estas uretras suponían unreto parecido, puesto que eran una estructura tubular. En amboscasos, la técnica es similar.

"Básicamente, el paciente se presenta ante nosotros con unórgano enfermo o dañado", dijo Atala en una entrevistatelefónica. "Tomamos una parte muy pequeña del tejido, del tamañode la mitad de un sello de correos", agregó.

A eso le añaden varios factores de crecimiento que alimentanlas células y las impulsa a expandirse.

El equipo hizo dos tipos de células: musculares para la capaexterna del tubo y endoteliales -células que recubren el interiorde los vasos sanguíneos y otras estructuras tubulares- para lacapa interna.

Cuando dispusieron de células suficientes, las aplicaronsobre un material biodegradable que da a las células laestructura adecuada. Luego calentaron el órgano en una incubadoray las células comenzaron a formar láminas. "Básicamente cocinamosel órgano", agregó.

El equipo implantó segmentos de estas uretras en cinco niñosde entre 10 y 14 años que tenían las uretras dañadas.

Una vez implantadas, las láminas de células empezaron aformar tejido nuevo y, tras unas cuatro semanas, se pudo quitarel catéter a los niños, que ya pudieron orinar con las uretrasnuevas.

Las biopsias mostraron que a los tres meses, las uretrasregeneradas tenían ya capas normales de músculo epitelial ynormal.

El equipo de Atala ha hecho un seguimiento de los niñosdurante unos seis años. "Siguen estando bien, lo cual es unasatisfacción". El médico dijo que harán falta estudios másamplios antes de que se pueda utilizar el tratamiento de formageneralizada.

Mason dijo que utilizar células como "medicinas" supone ungran cambio en el modo en el que los médicos tratan a lospacientes.

"Las terapias celulares complementan las medicinas y losaparatos al intentar curar las necesidades médicas de nuestrageneración, no satisfechas en su mayor parte, como la ceguera, ladiabetes, los fallos cardíacos y la enfermedad de Parkinson",agregó.

FUENTE: The Lancet, marzo del 2011.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias