Este artículo se publicó hace 15 años.
El relator de la ONU destaca a la Justicia española para enjuiciar a responsables de la CIA por tortura
El relator de la ONU contra la Tortura, Manfred Nowak, destacó hoy en Viena el potencial papel de la Justicia española para forzar a ser juzgados a los responsables de las torturas cometidas por los servicios secretos estadounidenses.
"España es famosa, gracias al juez de instrucción Baltasar Garzón", manifestó el experto en rueda de prensa con motivo de su intervención ante la 18 Sesión de la Comisión sobre la prevención del crimen y la Justicia penal, celebrada en la capital austríaca.
"Garzón ha iniciado investigaciones contra (el ex fiscal general de EEUU Alberto) Gonzales porque también ciudadanos españoles fueron torturados en (el centro de detención de) Guantánamo", dijo Nowak.
En todo caso, el jurista destacó que "ahora es más importante que EEUU tome acciones judiciales" contra los responsables de las torturas cometidas durante la "guerra contra el terrorismo".
"Si Garzón determina que hay suficiente evidencia para emitir una orden internacional de captura, entonces todos los países están obligados a cooperar, deberían arrestar y extraditar (al sospechoso) a España", precisó Nowak.
"Si Washington da garantías de que va a enjuiciarlo, España puede decidir si lo extradita o si lo enjuicia por su cuenta", explicó el relator, quien hace tres años estuvo a punto de ir Guantánamo, aunque su visita fue cancelada ya que Washington no permitió que se entrevistara a solas con los presos.
El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció la semana pasada que no serán investigados aquellos colaboradores de la CIA que utilizaron métodos inhumanos en sospechosos de terrorismo, aunque luego matizó esas declaraciones, dejando abierta la posibilidad para futuros juicios.
"Espero que la nueva administración de EEUU haga todo lo que puede y debe bajo la Convención Internacional contra la Tortura", manifestó el relator de la ONU.
Nowak precisó que deben ser enjuiciados aquellos abogados de la administración del ex presidente George W. Bush, que escribieron los memorandos que definieron la tortura de la forma "más estrecha posible" para justificarla y legalizarla.
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