Público
Público

Renacimiento entre olivos: un fin de semana en Úbeda y Baeza

En mitad de un inacabable mar de olivos pareció condersarse lo mejor del renacimiento español. Las plazas de Santa María en Baeza y de Vázquez de Molina en Úbeda son el mejor resumen de estas dos ciudades declaradas Patr

PÚBLICO

Recorrer Úbeda y Baeza con detenimiento provoca un sentimiento extraño y agradable. El viajero parece atrapado por el hechizo que aún exhalan sus rincones. Un hechizo que parece sintetizar algunas de las ideas más perfectas del humanismo español. Aunque al cabo, terminen abriéndose las dos ciudades en plazas asimétricas y en miradores que las bordean. Como si quisieran escaparse hacia su entorno: a las cumbres de Sierra Mágina y al río Guadalquivir.

ÚBEDA
Por la calle Juan Montilla se accede a la plaza Vázquez de Molina. Desde las escaleras que suben hasta la lonja del palacio de las Cadenas se puede contemplar este espacio con un solo golpe de vista, en toda su amplitud. Frente al palacio, hoy sede del ayuntamiento, se alza la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares y a su lado, el palacio del Marqués de Mancera. La plaza termina abriéndose hacia la Sacra Capilla de El Salvador, en cuyo interior se halla la sacristía ideada por Andrés de Vandelvira, el genial arquitecto, paradigma del renacimiento andaluz y autor de los más soberbios monumentos de ambas ciudades. El palacio del Deán Ortega, actualmente parador de turismo, también es obra suya. Su patio es una asombrosa exaltación de las más depuradas ideas renacentistas.

Continúa el viajero la ruta hasta la plaza Primero de Mayo, más conocida como plaza del Mercado. En una de sus esquinas se alzan las antiguas Casas Consistoriales, convertidas hoy en conservatorio de música. Aunque lo más destacado de la plaza es la iglesia de San Pablo, un templo tardogótico que guarda en su interior interesantes capillas fundadas por las más nobles familias de la Úbeda de los siglos XVI y XVII.

No muy lejos se halla el convento de los Carmelitas Descalzos, donde San Juan de la Cruz murió en la madrugada del 14 de diciembre de 1591. Aún es posible visitar el oratorio que acogió el sepulcro del autor del Cántico Espiritual.

Ya extramuros se encuentra la iglesia de San Nicolás, de estilo gótico tardío. Y también el Hospital de Santiago, acaso el centro cultural más activo de la provincia de Jaén.

BAEZA
Apenas son diez los kilómetros que separan Úbeda de Baeza. La plaza de Santa María, auténtico centro monumental de la ciudad, es el lugar ideal para comenzar la ruta. En ella, aún mana agua en la más artística de las fuentes de Baeza, erigida en tiempos de Carlos V. También en esta plaza asoma la catedral, templo en el que también intervino Andrés de Vandelvira.

Desciende el viajero por el palacio de Jabalquinto, de magnífica y gótica fachada. Enfrente se halla la iglesia de la Santa Cruz, el único ejemplo de templo tardo románico que existe en Andalucía y, haciendo esquina en esta pequeña plaza, la Antigua Universidad. Fue aquí donde el poeta Antonio Machado impartió clases de gramática francesa desde 1912 hasta 1919.

Imprescindible para el visitante es la plaza del Pópulo, flanqueada por las Antiguas Carnicerías y las Escribanías y por la Puerta de Jaén y el Arco de Villamar. Parece presidir el espacio la fuente que representa a Himilce, la esposa del cartaginés Aníbal. La fachada plateresca del Ayuntamiento, labrada con exquisita delicadeza, también se asoma al conjunto.

A la caída de la tarde resulta siempre una delicia ver ponerse el sol desde el paseo Antonio Machado, que sigue el antiguo trazado de las murallas árabes que encerraban la ciudad.



ParadorLas Casas del CónsulPalacio Marqués de la Rambla
Puerta de la Luna


JuanitoVandelvira

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias