El comandante del Ejército de Colombia, general Mario Montoya, solicitó el martes su cese en medio de un escándalo que compromete a esa institución con violaciones a los derechos humanos, por casos de desapariciones de personas declaradas como muertas en combate.

"Señor presidente, han pasado 39 años al servicio de mi patria, hoy considero haber llegado al final de la jornada", dijo al leer una carta en la que presentó su renuncia.

Montoya estuvo al mando de la operación "Jaque" con la que el Ejército rescató en julio a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, a tres estadounidenses y a 11 uniformados que permanecían secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Esa operación ha sido considerada como la peor derrota militar y política para las FARC, en medio del conflicto interno de más de cuatro décadas.

La sorpresiva dimisión del oficial de más alto rango del Ejército se produjo casi una semana después de que el presidente Álvaro Uribe destituyera a 27 militares, presuntamente implicados en desapariciones de jóvenes, que luego aparecieron muertos en aparentes combates.

Montoya pidió esperar a las investigaciones que cursan contra los efectivos del Ejército aparentemente implicados en violaciones a los derechos humanos y defendió la política de seguridad del Gobierno de Uribe, en su lucha contra la guerrilla izquierdista y grupos ilegales vinculados con el narcotráfico.

"Gracias señor presidente por la confianza que usted depositó en mí al designarme como comandante del Ejército Nacional, este ha sido el más alto honor en mi vida", sostuvo.