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Reptando en el fondo

Los datos de agosto suponen una repetición de la jugada del mismo mes de 2009

ERNESTO EKAIZER

En términos relativos, los datos de paro registrado de agosto así como aquellos que se refieren al empleo, que suele dar una idea más precisa de la marcha del mercado de trabajo, podrían dar una idea tendencial en el sentido de confirmar que la depresión económica, un término mucho más adecuado que la clásica recesión cíclica de la economía española, ya ha dado cuenta de buena parte de lo que cabía destruir. Pues no. Estos datos, aparentemente razonables, suponen en la práctica una repetición de la jugada de lo que ocurrió en agosto de 2009.

En agosto de este año, el paro registrado en origen ha subido en 61.083 personas y, si se toma la cifra desestacionalizada, esta subida se queda en 12.069 parados más sobre la misma cifra de julio.

La depresión ya se ha cobrado el mayor número de parados posible

Si se mira la Seguridad Social, la pérdida de afiliaciones llega a 131.858, al tiempo que esa pérdida se convierte en una ganancia de 55.407 afiliados más al ver la serie desestacionalizada, lo que podría suponer un importante cambio de tendencia. Este dato de casi cincuenta y cinco mil afiliaciones en positivo no figura en el comunicado de prensa oficial. Hay que llegar a él por una simple operación aritmética.

Problema: una situación parecida tuvo lugar en agosto de 2009. El paro registrado exhibió un incremento de 84.985 personas, la subida del índice desestacionalizado se quedó en 34.209 y las afiliaciones sufrieron pérdidas de 142.000. Pero atención, si se corregían las variaciones estacionales de las afiliaciones, estas arrojaban un aumento, no una disminución, de 49.556 afiliados.

Lo que entonces pudo parecer un cambio de tendencia no resultó una realidad. Los índices desestacionalizados de afiliaciones registraron desde el 1 de septiembre de 2009 cifras negativas todos los meses hasta agosto de 2010. Ahora se ha vuelto a dar una situación semejante. La conclusión más relevante: aunque las cifras desestacionalizadas de paro registrado y de afiliaciones son buenas como tales, no sirven a los efectos de conocer si estamos ante una nueva situación. Es evidente que la destrucción de empleo se va moderando, cuando el ajuste de la depresión económica española ya se ha cobrado la mayor cantidad de víctimas posible. Pero el dato desestacionalizado de agosto para ambos conceptos, y quizá por ello el Gobierno ha hecho un uso muy discreto de ellos, no arroja una luz reveladora.

Con todo, la marcha de las afiliaciones en agosto es, por momentos, terrorífica: un reflejo de la paralización de la obra pública del Estado, de comunidades autónomas y de ayuntamientos. Porque, si bien la caída mensual media es de 131.858, la evolución diaria no deja de tener interés. Solo el primer día computado, el 2 de agosto, por ejemplo, las bajas diarias llegaron a 251.219 con un saldo neto de 10.540 afiliados menos. O, si se escoge el último día del mes, el 31 de agosto, las bajas son de 221.366 y la variación neta del día se eleva a 190.315 afiliados menos. Y si se mira la variación neta mensual el día 31 de agosto: 286.405 afiliaciones menos.

En resumen: los últimos cuatro meses de 2010 pintan mal. Máxime cuando la euforia artificial del consumo como anticipación a la subida del IVA ha creado una miniburbuja que no tardará en explotar.

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