Este artículo se publicó hace 15 años.
El reventón de la teta de la Obregón y 499 leyendas urbanas más
Un libro recopila bulos, rumores maliciosos y leyendas como el rescate en moto que realizó el rey oculto tras su casco
La conspiración en la muerte de Lennon, la idea de que el agua de la piscina se vuelve amarilla en contacto con la orina, la supuesta explosión de una prótesis mamaria de Ana Obregón en un avión o la chica de la curva son algunas de las 500 leyendas urbanas reunidas en un libro por el salmantino Tomás Hijo.
Tomás Hijo, profesor en la Universidad de Salamanca, ha dicho que "las leyendas urbanas son el reverso tenebroso de los chistes". El origen de la obra, titulada El libro negro de las leyendas urbanas, los bulos y los rumores maliciosos (Editorial Styria), es el interés del autor "desde siempre" por recopilar leyendas antiguas, "algunas de las cuales son de toda la vida, si acaso adaptadas a los nuevos tiempos".
A partir de Internet, de conversaciones, de la televisión y de sus propios alumnos, Tomás Hijo ha conseguido agrupar en un mismo volumen unas 500 historias, en las que buscaba su "carácter literario".
Acuñada por los antropólogos norteamericanos, la denominación leyenda urbana es, reconoce Hijo, equívoca, pues "seguramente la leyenda urbana más famosa, la de la chica de la curva, transcurre en una carretera secundaria".
Según esta leyenda, una persona recoge a una autoestopista en una carretera apartada de la civilización, quien le advierte del peligro que tiene la siguiente curva. Ante la extrañeza del conductor, la chica le dice que conoce muy bien la curva porque murió en ella en accidente; y cuando el chófer vuelve a mirar a la joven la distracción le cuesta la vida.
Cocodrilos en las alcantarillasLas leyendas urbanas han sido utilizadas por el cine y la televisión: "En la serie CSI aparecen muchas; la película Magnolia hace un uso maravilloso de estas historias dentro del guión; y la serie B ha echado mano en muchas ocasiones de la supuesta presencia de cocodrilos en las alcantarillas de Nueva York", añade Hijo.
Al igual que sucede con los chistes, "las leyendas urbanas se basan en el miedo y los prejuicios que todos tenemos y sus protagonistas suelen ser los mismos a lo largo de la historia: un rey, los extranjeros, los famosos, los políticos, los toreros".
Anécdotas adaptables a lo largo del tiempoUno de los ejemplos mencionados de esa adaptabilidad es aquella historia según la cual el Rey Juan Carlos, oculto tras su casco de motorista, rescató con su moto a una persona en una carretera secundaria, "la misma leyenda que atribuía a Federico Barbarroja, anónimo tras su yelmo, el rescate de un niño perdido en un bosque sombrío".
En España, asegura el autor salmantino, "las más difundidas son la de la supuesta explosión de unos implantes de silicona de Ana Obregón o la creencia popular de que si alguien se orina en una piscina será delatado por un color amarillento en el agua, algo a lo que contribuyó Santiago Segura con su película Torrente".
El miedo y el desconocimiento se convierten en un cóctel impredecible en leyendas urbanas ligadas a grandes catástrofes, como el 11-S. "Se ha llegado a comentar que el gobierno americano fue el responsable, que la Bolsa tuvo un comportamiento prebélico, que todos los judíos abandonaron el edificio antes de las explosiones, que no cayeron por el impacto de los aviones".
Según Hijo, "todas esas historias circulan porque la versión oficial no es capaz de satisfacer la necesidad de información".
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