Este artículo se publicó hace 14 años.
Riesgos de un mercado que no se fía ni del FMI
"Budapest, 4 de marzo de 2010. Querido señor Strauss-Kahn: El significativo fortalecimiento de las políticas durante el último año y medio han situado firmemente a Hungría en el camino hacia la estabilidad y el crecimiento. Las vulnerabilidades macroeconómicas se han reducido mediante una mejora de la estructura fiscal, un aumento de la supervisión bancaria y oportunas inyecciones de capital para apoyar al sistema financiero. Como resultado, la confianza ha empezado a regresar y la economía está camino hacia la recuperación".
Crece la sensación de que habrá nuevos rescates bancarios
La carta enviada por el anterior Gobierno de Hungría al director gerente del Fondo Monetario Internacional, que salvó al país del terremoto financiero tras la quiebra de Lehman Brothers, no deja sombra de duda. Hungría confirma al FMI su mejoría y no sólo con palabras, sino que se apoya en hechos. Según los comunicados del FMI, Hungría, país para el que se habilitó un mecanismo de financiación de emergencia por importe entregable por plazos de 12.300 millones de euros en total, ha preferido no utilizar todo lo que le hubiera correspondido tras cumplir con las exigencias trimestrales que le impone el propio FMI.
Los dos últimos plazos, por un importe de 725 millones, no han sido utilizados, dejando el saldo total utilizado hasta la fecha en 8.700 millones.
El actual Gobierno griego recibió ayer todo tipo de críticas por dejar caer la posibilidad de la suspensión de pagos antes de tener listas cifras concretas. Más aún, cuando los mercados reaccionan con desplomes a cualquier noticia porque detrás de la imagen que da el juego de la bolsa late una realidad: la banca vuelve a estar tan parada como cuando quebró Lehman Brothers porque ninguna entidad se fía de otra.
Ese es el rey del mercado hoy, el alimento de los especuladores: la desconfianza. Sólo faltaba "poner en cuestión la propia supervisión y amenazar con una suspensión de pagos como ha hecho Hungría", comentó ayer el economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez.
"El mercado interbancario no funciona y el Banco Central Europeo está a por uvas", añade. "En su último informe dice que el principal problema es el déficit cuando los bancos no pueden emitir títulos nuevos porque no hay mercado que se los compre. Cada vez que caen las bolsas, se reduce su capital".
Según Díez, las primas de riesgo de los países de la zona del euro están disparadas "porque los mercados ya descuentan que habrá que socializar las pérdidas de los bancos que vuelven a tener problemas de solvencia. Sólo puede salvarlos el capital público".
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