Este artículo se publicó hace 15 años.
Roma se convierte en capital europea del arte africano por dos meses
Roma se convierte desde hoy y hasta el próximo 17 de enero en capital europea del arte africano gracias a una extensa muestra que repasa el florecimiento artístico de África en los últimos veinte años.
"¿África? Una nueva historia" pretende ser un cuadro completo del arte de todo un continente, un ambicioso objetivo que, según su coordinador, André Magnin, se persigue "respetando la unicidad de cada uno de los artistas", en total una treintena, provenientes de 19 países distintos.
Unas visiones personales que se manifiestan a través de todos los tipos de arte, desde la pintura y la escultura a las instalaciones o el cómic.
Estilos que van desde el surrealismo de los congoleños Chéri Samba y Pierre Bodo, a la abstracción de "The Return of the Main Circus", del namibio Herman Mbamba; del hiperrealismo de Chéri Chérin hasta las falsas patentes de objetos imaginarios de Abu Bakarr Mansaray, pasando por las "maquetas" de Bodys Isek Kingelez o el arte con materiales recuperados de la instalación "Ruleta del Benín", de Romuald Hazoumé.
Sin embargo, entre toda esta variedad, la que se deriva de las distintas culturas que configuran una tierra tan diversa como África, pueden identificarse varios motivos comunes a la mayoría de los artistas: el intenso colorido y una mirada irónica que disecciona con humor el mundo moderno.
Un humor presente en numerosas obras de la exposición, casi siempre con un trasfondo político o económico, como en los cuadros "Despegue de África", en el que una representación del continente africano, mitad pájaro y mitad hombre, vuela con un cohete introducido en el trasero, y "La mujer africana y su opción de frutas", visión sarcástica del turismo sexual, ambos de Pierre Bodo.
Pero la ironía de los artistas africanos no se limita a su continente, sino que traspasa fronteras para atacar a la "Alta Diplomacia", como el marfileño Frédéric Bruly Bouabré con una serie de 204 dibujos en los que representa a diplomáticos de todos los países, o a "Los nuevos dueños del mundo", como Chéri Chérin.
Incluso la medicina y la muerte son objeto del escarnio de estos irreverentes artistas de la nueva África, en las esculturas "Operadora sanitaria" y "La muerte en pie, resucitada" del beninés Calixte Dakpogan.
Una generación de artistas surgidos en los últimos 20 años en todos los rincones del continente más pobre del mundo que están conquistando con su innovación y su modernidad el mundo más "desarrollado", y que desde hoy tendrán como cabeza de puente en Europa el complejo del Monumento a Víctor Manuel II de Roma.
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