Este artículo se publicó hace 17 años.
Roncagliolo describe la "racionalidad de la crueldad" del grupo terrorista Sendero Luminoso
El escritor y periodista peruano Santiago Roncagliolo describe la "racionalidad de la crueldad" del grupo terrorista Sendero Luminoso en "La cuarta espada", un libro en el que ahonda sobre la enigmática figura de su líder, Abimael Guzmán.
Roncagliolo (Lima, 1975) aborda en este trabajo las razones históricas, sociales, económicas y psicológicas que condujeron a que un oscuro profesor universitario lograra "poner en jaque" al Estado peruano durante 12 años y dirigiera desde un despacho las acciones de una organización responsable de la muerte de 70.000 personas.
La idea inicial fue escribir un reportaje para el diario español "El País" sobre Sendero Luminoso, pero Roncagliolo quedó atrapado después de un mes de investigación en Perú y llegó a la conclusión de que tenía material suficiente para escribir un libro.
Poco después de cumplirse 15 años de la detención de Guzmán (el 12 de septiembre de 1992), es poco lo escrito sobre "el único grupo guerrillero de América Latina que ha matado más que el Estado", en palabras de Roncagliolo, que destaca que escribió el libro para entender "cómo se radicaliza alguien hasta ser un terrorista".
En una entrevista con Efe en vísperas de presentar el libro en la Casa de América de Madrid, el autor explica que ha intentado "buscar la racionalidad dentro de la crueldad" y evitar zanjar el debate con el argumento de que los senderistas eran sólo unos fanáticos.
"Creo que palabras como locos o psicópatas (...) sólo sirven para que no veamos mas allá", dice Roncagliolo, al destacar que el "loco" que casi todo el mundo ve en Guzmán consiguió convertirse "en el líder más letal y mortal de la Historia del continente".
La respuesta, en su opinión, está en otra pregunta, la de "qué se considera loco en una sociedad que está enferma, que deja todos esos abismos sociales" y que deja una puerta abierta a que alguien pueda articular el descontento de los desfavorecidos hasta el punto de casi legitimar "una espeluznante burocratización de la violencia".
"Me gustaría que este libro no fuese para decir quién fue bueno y quién fue malo, sino para ver cómo una sociedad puede ser muy psicópata y puede llegar a niveles de sangre tan brutales", añade Roncagliolo, que anticipa las críticas que tendrá en su país.
Publicado por la editorial Debate, "La cuarta espada" se presenta ahora en España y está previsto que lo haga en las próximas semanas en Perú, donde el autor espera reacciones negativas al hecho de que describa "con total frialdad la violencia de Sendero Luminoso".
"Lo que más difícil le puede resultar de entender a algunos sectores es que el libro dé voz a los terroristas. Ellos declaran, ellos dicen lo que pensaban y no hay en el libro ningún juicio sobre ellos", dice el escritor, convencido de que "es la versión que nos falta escuchar" sobre un episodio de la Historia reciente de Perú.
Mirando al presente y al futuro, advierte de que su país no está vacunado para que se reproduzca la violencia, porque siguen existiendo grandes desigualdades sociales, pero considera que no se repetirá en los términos marxistas-leninistas-maoístas de Sendero.
El riesgo, argumenta, es "que se articule a través de los soldados que pelearon contra Sendero y que después de la guerra fueron licenciados y abandonados por el Estado".
"Ahora -continúa- son gente muy pobre, que sólo sabe disparar y cantar el himno nacional, que está abandonada por el Estado. Ya han tenido demostraciones de fuerza y podrían ser más peligrosos", dice.
A Roncagliolo sólo le faltó hablar con Guzmán.
Pidió una entrevista al Gobierno, que le propuso enviar un cuestionario, pero le advirtió de que se retirarían las preguntas que tuvieran que ver con Vladimiro Montesinos, el gran "hacedor" en la sombra del Gobierno del ex presidente Alberto Fujimori.
Roncagliolo afirma que no aceptó las condiciones -"si vamos a empezar retirando preguntas, no tengo garantías de qué repuestas voy a recibir"- y asegura que "las autoridades tienen mucho miedo a lo que (Guzmán) pueda decir y a la reacción que pueda tener".
En cuanto al líder de Sendero "se muere de ganas de conceder una entrevista", señala el autor, que si tuviera la oportunidad de tenerle cara a cara le preguntaría dos cosas antes que ninguna otra.
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