Este artículo se publicó hace 16 años.
Rudd respetará la decisión del Papa sobre las víctimas de abusos sexuales
El primer ministro australiano, Kevin Rudd, afirmó hoy, al recibir al papa Benedicto XVI en Australia, que respetará la decisión del pontífice sobre si pide perdón o no a las víctimas de abusos sexuales por sacerdotes católicos.
"Su santidad es bienvenido como apóstol de la paz en una época en que una voz por la paz es muy necesaria para todos. También es bienvenido como la voz de los pobres del mundo", manifestó el primer ministro al dar la bienvenida al Papa.
Antes de recibir al pontífice, el primer ministro explicó, a través de la televisión privada "Sky News", que el Gobierno no opinaría sobre si Benedicto XVI tratará o no tratará el asunto de los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia.
"Como todos los australianos, tengo muchas ganas de saber qué es lo que nos va a decir el Papa, pero una disculpa es asunto de la Iglesia y respeto las decisiones que tome", manifestó el líder australiano.
El líder de la Iglesia Católica en Australia, el arzobispo de Sídney, cardenal George Pell, ha reiterado en varias ocasiones que el Papa pediría perdón por los abusos sexuales cometidos por miembros de su Iglesia, tal como hizo en Estados Unidos este año.
Sin embargo, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo anoche que el Papa no se ha comprometido a hacerlo.
Lombardi sugirió que el Pontífice podría manifestarse sobre estos hechos a través de una "declaración" escrita y no hacer referencia alguna a los abusos sexuales en sus discursos orales.
En opinión del primer ministro australiano, la disculpa ofrecida por el Papa a las víctimas estadounidenses de abusos sexuales produjo un gran "bienestar y alivio".
"Pero no voy a quedarme ante la Iglesia para darles lecciones públicas sobre cómo deberían comportarse", concluyó.
Mientras tanto, está prevista la llegada hoy a Australia de los padres de dos niñas que fueron violadas repetidamente por un cura en Melbourne con la intención de celebrar una audiencia con el Papa, que todavía no ha sido confirmada por las autoridades eclesiásticas.
De las dos hijas del matrimonio, Emma se suicidó a principios del presente año a los 26 años, mientras que Katherine, que sufría alcoholismo, tuvo un accidente en 1999 que le dejó una grave minusvalía física y mental.
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