Este artículo se publicó hace 13 años.
Rusia promete apoyo financiero a la UE que critica tímidamente sus comicios
Rusia prometió hoy a la Unión Europea (UE) que invertirá "los medios financieros necesarios" para apoyar a los países del euro en problemas en una cumbre que rebajó tensiones entre los dos bloques y en la que Bruselas criticó tímidamente el desarrollo de las recientes elecciones parlamentarias rusas.
"Vamos a seguir dando nuestra asistencia y estamos dispuestos a invertir todos los medios financieros necesarios para apoyar a la economía europea y a la zona euro", señaló al término de la cumbre bilateral el presidente ruso, Dmitri Medvédev.
Fuentes rusas aseguraron hoy que el país ofrecerá un mínimo de 10.000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) para contribuir a salvaguardar la economía europea y deslizaron que la ayuda final puede alcanzar el doble de esa cantidad.
Medvédev aseguró además que su Gobierno está dispuesto a estudiar otras vías de ayuda, opciones que según fuentes comunitarias son amplias y que no pasarían necesariamente por una contribución directa al fondo de rescate europeo.
El jefe del Kremlin dejó claro que Rusia no quiere presenciar el colapso del principal mercado de sus exportaciones y recordó que el apoyo a Europa va también en el propio beneficio ruso.
"Es en interés de la UE y de la Federación Rusa, que mantiene el 41 por ciento de sus reservas en euros", recordó Medvédev.
Los Veintisiete son el principal socio comercial de Rusia y los intercambios no dejan de crecer (en 2010 las importaciones y exportaciones crecieron alrededor de un 32 % respecto al año anterior, cuando se vieron muy afectadas por la crisis) y el mercado europeo es el destino del 70 % de las exportaciones de gas ruso.
"En muchos caminos somos fuertemente interdependientes", recordó hoy el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que como Medvédev aseguró que las dos partes sólo pueden obtener beneficios de una mayor cooperación.
Las dos partes, al menos de cara al exterior, se centraron hoy en los aspectos positivos de esa cooperación y trataron de aparcar las polémicas.
Así, los representantes europeos cumplieron con lo prometido anteriormente y transmitieron a Medvédev su "preocupación" por las supuestas irregularidades detectadas en las recientes elecciones parlamentarias rusas, alabando el anuncio de las autoridades de que investigarán las acusaciones de fraude.
El presidente ruso dejó claro que no considera que el asunto sea incumbencia europea, pero evitó polémicas y mantuvo una línea mucho más suave que la expresada por el primer ministro, Vladimir Putin, quien hoy volvió a denunciar en Moscú que tras las protestas opositoras está la injerencia exterior.
Tampoco se elevó el tono en lo referente a la energía, donde las dos partes reconocieron que mantienen diferencias importantes, relacionadas sobre todo con los intentos de Bruselas por evitar que Gazprom y otros gigantes energéticos rusos consigan demasiado poder en las redes europeas.
Ni siquiera los asuntos de la actualidad internacional en los que las posturas de las dos partes chocan frontalmente, caso de Irán y especialmente Siria, se hicieron demasiado evidentes.
En la que fue su última cumbre con la UE antes de abandonar el cargo de presidente, Medvédev prefirió subrayar las oportunidades que se abren para una mayor cooperación con Europa con la entrada rusa en la Organización Mundial de Comercio (OMC) o los avances en el diálogo de cara a eliminar la exigencia de visados.
En este último punto, una de las grandes prioridades rusas, Moscú y Bruselas sellaron un procedimiento técnico que, una vez completado, permitirá iniciar las negociaciones con ese fin.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, recordó de todos modos que un régimen libre de visados necesitará aún "años".
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