Este artículo se publicó hace 14 años.
La Sagrada Familia estará preparada en otoño para su consagración por el Papa
El arquitecto director de la catedral de la Sagrada Familia, Jordi Bonet, aseguró hoy que el templo estará preparado este otoño para recibir a Benedicto XVI, si el Papa decide viajar a Barcelona (noreste de España) para consagrarlo, que quedaría así abierta al culto de los fieles.
"Nos gustaría mucho que viniera el Papa, indudablemente", señaló Bonet en una visita al templo, donde recalcó que "tenemos las obras muy adelantadas y si viene en noviembre, fantástico, para esas fechas estaría preparado de sobra, sin prisas, ni peligros".
El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, dijo hoy mismo que Benedicto XVI tiene mucho interés en poder viajar a la capital catalana para consagrar la catedral.
Si finalmente el Papa se desplaza a Barcelona, se encontrará con todo el templo cerrado -no únicamente la nave central-, 4.500 metros cuadrados de superficie que podrán acoger a hasta 10.000 fieles.
Entre las actuaciones pendientes para acondicionar el recinto está la retirada de los enormes andamios, la colocación del pavimento (de pórfido y piedra, que formará un gran mosaico con las iniciales de la Sagrada Familia: Jesús, María y José), el baldaquino, así como los trabajos en la sillería del presbiterio, con capacidad para trescientos clérigos.
En estos momentos, está cerrada la bóveda que cubre el ábside, situado a 75 metros de altura, aunque resta por colocar las protecciones contra la lluvia.
"Nos falta una pequeña parte, entre un 1,5 y un 2 por ciento, para tenerlo todo cerrado, que es lo necesario para que puede entrar el culto", remarcó el arquitecto.
Bonet calcula que en septiembre el templo, donde trabajan actualmente 150 operarios, podría estar ya en condiciones, "pero si es antes el órgano no estará colgado porque se está fabricando, pero también lo arreglaremos si el Papa viene antes".
En declaraciones a Efe, el arquitecto no quiso dar una fecha exacta para la conclusión definitiva del templo, ya que todo dependerá de los avances tecnológicos que permitan acelerar la construcción sobre el crucero, a 66 metros de altura, de la gran cruz de metal y cristal que se elevará hasta los 170 metros (y que su autor, Antonio Gaudí, dejó en un modelo a escala, en yeso).
"Levantar materiales a 150 metros es costoso, y eso ralentizará la obra", advirtió el veterano responsable del proyecto, que "como muy pronto", fija la finalización de la Sagrada Familia en 2020, "y si llega antes, será porque se ha mejorado mucho la tecnología".
Bonet se refirió también a la visita que hace unos días realizaron miembros de la UNESCO para comprobar el impacto de la construcción del túnel del tren de alta velocidad AVE sobre la Sagrada Familia.
El tren pasará a escasos metros de la fachada, y las obras han obligado al gestor de infraestructuras Adif a utilizar un muro de pilares de protección de los cimientos.
El arquitecto subrayó que la delegación de la UNESCO se quedó sorprendida "de lo cerca que pasaba el túnel" de la fachada y dijo bien claro que "el riesgo cero no existe".
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